Miércoles, 22 de Enero 2025

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Vestida de blanco… con velo y corona

Por: El Informador

Por : María Belén Sánchez, fsp 
 
Entramos de lleno en el 2016 y pienso que para estas fechas ya habrás terminado de bordar tu vestido de novia, como es tradición en tu familia, tan hermoso como lo habías soñado… 
Las modas van y vienen, cambian, se modifican, se crean nuevos modelos y estilos, no obstante todos los cambios, en la  preferencia de las jóvenes sigue actual el vestir su boda con blancura, con encajes y flores y con perfume de azahares. 
 
Antiguamente para la mayoría de las mujeres, el vestido blanco de boda es simbolismo de pureza, es lo nuevo, lo no contaminado, lo total del amor, la autenticidad existencial de la entrega. Pero actualmente una ola de liberación, de consumismo, de explotación del sexo y de destrucción de todos los valores, intenta arrastrar y aniquilar todo lo que se califica como idealismo.
 
Sin embargo, a pesar de todo, en el sentir de la juventud se levanta lentamente, como un perfume tenue, el anhelo de lo mejor, de lo más hermoso, de lo más puro… Por ello, toda mujer joven va tejiendo en sus sueños la idea de un matrimonio bello y anhela llegar a él con ese traje blanco.
 
En contraste, muchas otras mujeres piensan que en nuestra sociedad ya no hay tal sentido de pureza y rechaza la idea de casarse o de comprometerse así, totalmente. En el fondo, ellas también anhelan lo mismo… o todo o nada.
 
Es una costumbre popular muy arraigada asociar el vestido blanco de la novia con su integridad física, no como una represión sexual, sino como quien sabe que posee un tesoro y lo conserva intacto para entregarlo, libremente, a quien le da su amor.
 
Pero si la integridad física es importante, mucho más lo es la espiritual, que es sinceridad, autenticidad en el amor y en la entrega, en lo incondicional y duradero.
 
Además, el vestido blanco tiene por sí mismo, otra significación mucho más profunda y es la que más a menudo olvidamos:
 
La blancura es símbolo de la gracia, de aquello que teniendo una referencia con Dios, se vive como una vocación, como una colaboración a su obra creadora, redentora o santificadora.
Cuando una mujer se viste de blanco el día de su boda, ha vestido ya antes por lo menos otros dos vestidos blancos:
 
*Uno, el día de su Bautismo, cuando Dios le dio un amor tan grande, que hizo germinar en ella una nueva vida divina.
*Otro, cuando todavía niña, también vistió de blanco para ir al encuentro de Jesús, y en su Primera Comunión se realizó una mística entrega de amor y de gracia.
 
Y el matrimonio es también una entrega, humana y divina, humana, porque es la consagración del amor de dos personas, y divina, porque allí está presente Dios, que dice:
“Vive tu vida como una vocación, como un Sacramento de gracia y de amor.”
Qué bueno sería que educáramos también a nuestros hijos varones a llegar a su boda con un cuerpo nuevo y un amor sin mentira y sin mancha… traje blanco interior, el más bello regalo para ese día.
 
Esto es, en resumen lo que significa la blancura del vestido es la pureza de cuerpo y espíritu, la entrega limpia, limpia de malos pensamientos, una entrega de total confianza en Dios, una entrega a la vida cristiana de fidelidad y amor mutuo y de una vida compartida no sólo entre sí, sino con los familiares y amigos.
 
Recuerden: Todo en el amor es bello, pero deja de serlo si hay engaño, falsedad o mentira. 
 
Con mucho afecto  M.B.

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