Sábado, 11 de Octubre 2025

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Una sentida y singular historia

Por: Adolfo Martínez López

Para deleite y nostalgia de maestros, en esta colaboración voy a transitar por algo que ayer fue y que en el hoy desapareció para siempre. Hablaré de algunos edificios que en su vida ha ocupado la ya centenaria Escuela Normal de Jalisco.
 
Durante un breve tiempo estuvo funcionando en el llamado “Centro Escolar Basilio Vadillo” edificio que con una solemne fiesta fue inaugurado el 12 de octubre de 1938, ubicado al poniente del parque Morelos y que con un costo de 260 mil pesos albergaría a una escuela primaria y a la Escuela Normal de Jalisco; fue durante el gobierno de Don Everardo Topete cuando juntamente con los centros escolares “Manuel M. Diéguez” en el ex colegio de San Diego; el “Manuel Martínez Valadez” en lo que se llamaba Los Trojes, el “Aurelio Ortega” en el barrio de Mezquitán y el “18 de Marzo” en las calles Faustino Ceballos y Nicolás Regules; (al que esto escribe le toco ser alumno fundador del edificio Basilio Vadillo cuando ingresó a estudiar la carrera de Maestro)
 
Al cambiarse la Escuela Normal a esta escuela ¿de dónde venía? Desde el año d e 1925 la Normal ocupaba el local ubicado en Hidalgo # 190 a un costado del Teatro Degollado. La vida de la Normal en la Basilio Vadillo fue efímera, pues solo duró dos años, ya que en ese tiempo (1940) fue trasladada al antiguo y señorial edificio ubicado en las calles de González Ortega y Garibaldi.
 
Antes de que funcionara la Normal en este local, la historia de este inmueble fue muy singular; ya que en 1914 lo ocupó la escuela de “Artes y Oficios” pero al entrar a nuestra ciudad el Ejercito Constitucionalista al mando del General Manuel M. Diéguez y Álvaro Obregón ordena el cierre de los templos incluido el de San Diego de Alcalá anexo al edificio y con ello empezó el sufrimiento de la escuela que estaba anexa pues este edificio fue convertido en tortillería, fue panadería, luego fue cuartel y albergue para repatriados, también fue comisaría (la comisaría Garibaldi) y cobijo de organizaciones sindicales hasta que como una
 
incongruencia y amarga ironía al edificio se le llamó “Centro escolar” Manuel M. Diéguez al ser cerrado el Templo de San Diego se convirtió en bodega y en campo de juegos de los que éramos alumnos de la Escuela Normal.
 
El gigantismo de la ciudad y la explosión demográfica obligó a las autoridades a cambiar nuevamente la escuela; afortunadamente para Jalisco fue Gobernador Don Agustín Yáñez, ordenando la realización de una reforma educativa y como parte de ella la construcción de un edificio exclusivo para la Escuela Normal. Durante el ultimo año de su gobierno, lo que fue un dicho se convirtió en un hecho y en 1958 hizo entrega del nuevo edificio.
 
El antiguo local de González Ortega y Garibaldi es abandonado y se traslada al lugar donde debió estar un edificio funcional luciendo la dignidad de todo lugar donde hoy se imparte enseñanza y educación a la juventud.

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