Dentro del estudio sobre la identidad del mexicano, continuamos con nuestro análisis sobre la percepción que tienen los diversos autores que hemos citado, como en este caso sigue siendo el de Loreto con su excelente estudio sobre la personalidad de la mujer mexicana.Y nos dice: “Feminidad no es sinónimo de debilidad y la mexicana, de acuerdo con su formación, es primordialmente débil, no tanto en lo físico como en su contextura moral; es una persona que no ha ha desarrollado el aspecto volitivo (voluntad) de su carácter, pues desde que nace se la obliga a obedecer la voluntad de terceros, sobre todo varones -padres, hermanos, tutores- y continúa después del matrimonio, sometida a la del marido y, en ocasiones, a la del hijo”Este planteamiento de Loreto, hoy resulta inadecuado para el pensamiento de muchas mujeres. Incluso puede llegar a herir suceptibilidades. sin embargo está en el trasfondo de nuestra identidad, que desde luego hoy se intenta modificar.Y nuestro autor invitado agrega: “Coartada así su libertad de acción no puede, jamás, ejercer su voluntad, tomar decisiones ni adquirir sentido de responsabilidad; se ha limitado a recibir influencias externas y sólo ha logrado adaptarse a sus circunstancias de acuerdo con un natural instinto de preservación”Desde luego que es un planteamiento tajante, a mi parecer; pero lo importante es que lo dice y lo pone como un elemento importante de la identidad femenina, a su juicio. La mujer vive de la influencia social masculina y no ha desarrollado su voluntad para decidir por sí misma, ni asumir responsabilidades que no sea en relación a los varones de su entorno.En pocas palabras se acepta que la mujer entonces era educada para obedecer, no para decidir ni opinar.Entonces prosigue vinculando a la mujer como madre y educadora de los mismos varones, por lo que: “es incongruente que una mujer como ésta produzca hijos con características tan opuestas a las suyas”. Es decir que también enseñe a los varones a obedecer y a desarrollar su capacidad de voluntad y responsabilidad. Simplemente porque ella misma no lo sabe hacer. Por lo que nomás coarta su libertad. Y así sólo reciba “las características morales de la madre” Pues según los modelos educativos familiares de hace cincuenta años, “El padre se acerca al hijo cuando prácticamente ya ha pasado su primera infancia, o sea cuando las fases más importantes de su carácter ya se han afirmado”.Por lo anterior vemos que la mujer aprende a obedecer y eso mismo enseña a sus hijos, sean varones o mujeres, y de esta manera se construye un modelo social de mexicanos que se someten y obedecen a la autoridad.Parece que a partir de la conquista tanto la mujer como el hombre tenemos el sello de obedecer, se entiende que en primera instancia al conquistador que es el que nos ha sometido.Continuaremos con éste análisis, considerando que buscamos entender más a fondo nuestra identidad.
