En una democracia el gobierno es electo para el beneficio de la población, por ello, su raíz: “demos”, pueblo, “kratos”, gobierno, resulta su mejor definición. El gobierno del pueblo y para el pueblo es la mayor aspiración de las democracias, también la de México. El problema estriba en pasar de los ideales a la práctica, y es en las formas y los modos de ofrecer esa democracia a la sociedad donde está la prueba del ácido, uno que puede corroer los mismos principios que le dieron vida. Un ejemplo de ello es lo que pasa en México.Con una economía a la que el presidente EPN se refirió como: fuerte, y sobre la que agregó “el mundo confía cada día más en México”, presumida a medias que la realidad que vive el país desmiente, sin embargo, a este dicho se sumó la reciente declaración del Fondo Monetario Internacional, que expresó su confianza en la fortaleza de la macroeconomía del país, por lo que le mantiene Línea de Crédito Flexible a este gobierno. Más dinero a su disposición para más endeudamiento. Es decir, con la capa externa de la esfera económica mexicana, la macro, los organismos internacionales siguen contentos y los créditos internacionales fluyen, una oportunidad que este gobierno no desaprovechó, por lo que en estos cuatro años aumentó la deuda en casi 13 puntos porcentuales hasta llegar a un total de 35.6 del Producto Interno Bruto (PIB), dato de la secretaría de Hacienda. Pero no es todo, las calificadoras Standar and Poor’s y Finch, vaticinaron que, al paso de esta administración, la deuda externa llegará al 47 por ciento del PIB en 2018.Así, entre el aumento de la deuda que no deja lugar al crecimiento del país y la mala conducción de la micro economía, esa que ‘sólo’ afecta a las familias…se ha provocado un aumento de la desigualdad y el empobrecimiento de la población, hoy además atizada por una inflación que sube disparada por la errática forma del aumento irresponsable de la gasolina.Luego, tienen al escenario nacional fracturado, por un lado, el exterior, México rinde, el país paga, el gobierno es buen cliente del financiamiento internacional, y en este sexenio se protegen los intereses y dividendos de organismos económicos y de las empresas globales que trabajan en México.Pero para dentro… para la población que debiera ser el centro de la ocupación gubernamental para lograr un mayor bienestar, es todo lo contrario. La población está al tope con una economía familiar debilitada, empleo empobrecido y su seguridad evaporada.Porque los homicidios culposos tuvieron una elevación record de 34 por ciento más que el año anterior; porque la violencia es ya en 25 entidades, el 80 por ciento del país. Porque los robos en transportes públicos y en carreteras son más violentos y más frecuentes.Entonces ¿dónde quedó el bien del “demos”, y donde está el “kratos” ocupado en darle al pueblo mejores niveles de vida…dónde quedó la médula de la democracia: el bienestar de la población?La vida económica de las familias es agobiante y la inseguridad las ahoga porque la federación no trabaja en mejorar la cooperación entre niveles de gobierno para dinamizar la micro economía y blindar la seguridad de la población.Porque esta administración sexenal está confundida considerando a los de fuera su “demos” y su “kratos”. Ilusoria y servilismo. Una confusión que amenaza con romper el pilar de la democracia que es el interés supremo del pueblo, y así, ninguna democracia se sostiene aunque se juegue a elecciones.
