Los ocho “magníficos” ya están en la Liguilla de la Liga MX Bancomer y representan el triunfo de un torneo en México que atrae la atención en estas instancias ya que en su fase regular es una competencia especulativa, primaria y aburrida que ya es característica de nuestro fútbol. No se admite que detrás de un buen resultado se esconde un mal partido.Para ejemplificar lo que digo: a Ricardo “Tuca” Ferretti casi lo matan en Monterrey. Me refiero a que el mérito principal del equipo Tigres es marcar un gol al primer minuto, con el mínimo riesgo, y después defenderlo los 89 minutos restantes.El América progresó en escalera: perdió, empató y ganó; su delantera alta, madura y con criterio marcó la diferencia en un grupo donde el común denominador fue la mediocridad.Jaguares de Chiapas, el único equipo que sabe jugar bien según mi parecer, y que además puede adaptarse al sacrificio si el partido se complica.Veracruz mantiene la misma línea defensiva a excepción de Leiton Jiménez, un medio campo con solvencia y en el delantero argentino Furch que dio un salto de calidad.El equipo León que evoluciona como retrocede, aspira a un juego decidido y goleador; es un equipo siempre bajo sospecha, siempre latente y siempre amenazante con un Mauro Boselli claro en su accionar.De los ocho “magníficos” el Puebla se mostró implacable en sus aspiraciones. Al inicio de la competencia su juego era menos convincente, confuso, presionado por la “quema” del descenso y obligado a alejarse de su tradición dividiendo el balón constantemente. Le queda aspirar a su condición de local.El equipo de los Pumas de la UNAM, un conjunto de corte clásico, sin muchas luces, pero que realiza un juego aseado. El Toluca con su futbol ruidoso y de largos pelotazos, con sus “ gigantes” sacrificados, con el juego del pequeño Botinelli de alta escuela que impactó al inicio de la competencia y que después se fue diluyendo.Estos ocho “magníficos” lucharán por el trofeo. La Liguilla es una fase en donde no se especula y eso la afición lo agradece, lo reclama y lo exige, pues todo aficionado en su grado de afiliación ve en su equipo una posibilidad de sentirse ganador de algo, ya que como está la vida actualmente, se necesita ponerse una capa de súper héroe para seguir adelante.
