Sábado, 11 de Octubre 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Rosario Uriarte de Atilano, “Las cosas pequeñas” (In-Memoriam)

Por: Maya Navarro de Lemus

Rosario Uriarte de Atilano, “Las cosas pequeñas” (In-Memoriam)

Rosario Uriarte de Atilano, “Las cosas pequeñas” (In-Memoriam)

Este 2 de noviembre Día los Difuntos, recordamos a la señora Rosario Uriarte de Atilano, quien llevó la columna Las cosas pequeñas, desde 1959 en EL INFORMADOR. Nació en Mazatlán, mudándose a Guadalajara en 1932.Trabajó durante 30 años en el Ferrocarril Sur Pacífico de México. Su maestro de literatura Agustín Basave, la incita a escribir poesía. Dedicada a la cultura, destaca en estas aptitudes: literatura, historia del arte de Jalisco y de México; hablaba francés y sus maestros fueron José Cornejo Franco, Severo Díaz y José Arreola. Editó su primer libro Cosecha, con portada del vate Jesús Núñez y semblanza de Rosario Sansores.

El secretario del Museo Nacional de Antropología e Historia; Núñez y Domínguez, le dedicó una crónica en Jueves de Excélsior y le presenta a Amalia Caballero de Castillo Ledón, directora de Acción Cívica y secretaria de Cultura, Embajadora y representante de México en Washington en la Comisión Interamericana de Mujeres, quien invita a Chayito a pertenecer al Ateneo Mexicano Femenino donde es presentada como poeta.

Escribe en 1940 Musgo, con prólogo de Enrique González Martínez: “Mujer joven que obedece al mando irresistible de su temperamento lírico. Es un libro sin literatura, lo cual quiere decir que está limpio de impureza profesional, que suele matar cuando llega la tiranía del procedimiento, el germen de la verdadera poesía. La llamada sinaloense-jalisciense y la misma jalisciense-sinaloense”.

Publica un plaquette: Y ésta es mi vida de hoy. En 1955 recibe el premio Sixto Osuna en los Juegos Florales de Mazatlán, por su poema Ausencia sin olvido. Ofreció recitales poéticos en el Museo Regional del Estado, Centro Español, Casa de la Cultura Jalisciense, Galería Torres Bodet, Bellas Artes en México. Don Agustín Yánez, Gobernador del Estado de Jalisco, le otorgó en 1956 el Premio Jalisco de Poesía por el libro En el final del cuento.

Rosario Atilano figura  en la antología de Poetas Sinaloenses, en 1958. Ofreció pláticas con temas habituales, como “La poesía en el hogar”, “La secretaria y la cultura”, “Poesía en la vida cotidiana”. Socia fundadora de la filial en Guadalajara de la Unión Femenina Iberoamericana en 1963, y presidenta de 1968 -1970, escribiendo el boletín mensual. Docente en 1968 en Ipala. En su 40 aniversario como poeta publica Rubí, con viñetas de Alfonso de Lara Gallardo. Aparece en la Enciclopedia editada por José Rogelio Álvarez. En Mazatlán una calle lleva su nombre: “Andador Rosario Uriarte de Atilano”. Su libro Collage es presentado en la Feria Nacional del Libro y la Cultura en Guadalajara.

En su 60 aniversario como poeta, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes le rinde homenaje, donde presenta su antología de poesía A corazón abierto. “Tengo el corazón dormido”: Hubo un tiempo en que, gozosa, veía pasar la engañosa, loca, inquieta, esplendorosa caravana de la vida. Hubo un tiempo en que esperaba con el alma palpitante y con los labios en flor,  la visita tan soñada, tan deseada, del amor. Hubo un tiempo en que soñaba... Soñaba sueños azules… Me hacían soñar los trigales, las playas, los abedules. Hubo un tiempo en que cantaba. Cantaba a la vida buena, a la luz, al Sol, al aire y a  la tierra morena. Hubo un tiempo en que reía y mi risa parecía agua fresca que caía. Era feliz. Te quería. Hubo un tiempo en que lloraba. Lloraba porque aprendí cosas que ni sospechaba; cosas muy tristes y amargas… ¡Llanto que lloré por ti! Hoy, ya ni canto, ni río. Y ya no puedo llorar. Nada espero, nada quiero, nada sueño, nada pido. Yo no sé lo que me pasa. Tengo el corazón cansado.

La Universidad de Guadalajara reconoció a las decanas de la literatura en Jalisco: Lola Vidrio, Paula Alcocer y Chayo Uriarte, en 1994. Participó en el Homenaje a Enrique González Martínez, con la ponencia Mis recuerdos de E. G .M.

Su acervo es formado por comunicación epistolar con intelectuales, como Salvador Novo, José Cornejo Franco, Federico Gamboa, del Vaticano de  Su Santidad Juan Pablo II, Totus Tutuus. Sus versos clásicos y alejandrinos, sonetos, décimas y el hai-ku, dominó estas técnicas.

Así vivió Rosario Uriarte de Atilano, de Las cosas pequeñas.

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones