Viernes, 16 de Mayo 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Primero, Los Ambulantes

Por: Pablo Latapí

Primero, Los Ambulantes

Primero, Los Ambulantes

Ahora que soplan vientos de cambio con la llegada de Enrique Alfaro y Pablo Lemus a los gobiernos de Guadalajara y Zapopan respectivamente, los dos municipios más importantes del Estado, y cuando las expectativas de lo que van a hacer están por las nubes, es un buen momento para recordar que lo más doliente en el ejercicio del poder en México es y ha sido la falta de la aplicación del Estado de derecho.

>

Ser un buen gobernante no tiene gran ciencia: se trata de aplicar y ver que se apliquen todas las leyes y reglamentos existentes tanto a nivel federal como estatal y municipal. Insistir en lo que escribió el economista alemán Rudi Dornbusch (1942-2002), en el sentido de que en un país desarrollado las leyes son flexibles pero su cumplimento es inflexible; mientras que en un país subdesarrollado las leyes son inflexibles pero de cumplimiento flexible. Y México es el país de la flexibilidad y la omisión.

>

Aquí, el deporte favorito de los diputados es proponer, discutir y promulgar leyes, pero muy poco se ocupan de ver que se cumplan. Ellos se miden por el número de leyes que propusieron y se promulgaron, pero no por aquellas que realmente se cumplieron. Y en cascada les siguen las leyes secundarias y los reglamentos. Todos, leyes y reglamentos, son muy correctos e inflexibles, pero difícilmente se observan, por lo que campea la impunidad y ser delincuente es casi un premio.

>

Un buen punto para comenzar a gobernar diferente en Guadalajara y Zapopan y mandar un mensaje de renovación sería ver que se apliquen los reglamentos que están más a la mano, los más visibles, y que son perfectamente observables con un poco de voluntad.

>

Podrían arrancar por ejemplo con el tema del comercio informal, tanto los que ya están instalados en calles y banquetas, así como los ambulantes que deambulan bajo la tolerancia de la autoridad. Y la justificación para aplicar los reglamentos para erradicarlos es muy sencilla: hay comerciantes establecidos que pagan impuestos, permisos, derechos, además de renta, luz, etcétera, y tienen prácticamente a las puertas de sus propios comercios a quienes se instalan en puestos temporales sin ninguno de estos gastos, y cuando más pagando cuotas de dudosa legitimidad a la autoridad.

>

Argumentan los informales que tienen derecho a llevar comida a sus familias, pero igual podrían argumentar tanto los vendedores establecidos (que siguen las reglas) como los peores malandros que operan los grandes negocios ilícitos.

>

Ver que los nuevos alcaldes aplican esos reglamentos significaría ver que de ahí para arriba todo es posible, y que eventualmente se castigarán delitos tan lacerantes como la corrupción.

>

Si por el contrario, los vemos seguir tolerando y permitiendo la informalidad, sabremos que nada ha cambiado, y que lo que llaman “tolerancia” es quizás en realidad la incapacidad de aplicar el Estado de derecho, y que esa pifia forma parte entonces de la naturaleza misma de los políticos mexicanos.

>

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones