Sí, es verdad, todos preferimos a Hillary Clinton. O casi todos. Pero el triunfalismo del corazón demócrata que muchos llevan dentro es, como todo corazón, cegador. Quien ganó el primer debate presidencial en Estados Unidos fue Donald Trump. ¿Y por qué? Porque ganó lo que importaba. Permítanme explicarme. ¿Para qué sirve un debate político? Olviden la palabrería: no sirve para contrastar propuestas económicas o visiones del mundo. Sirve para contrastar personalidades y convencer a los indecisos. Los indecisos son el público objetivo de los debates políticos.Los seguidores de Trump no cambiarán su voto viendo la inteligencia de Clinton, y los demócratas no votarían por Trump aunque vieran caer en la lona a su candidata.Lo que importa en el debate es mandar un mensaje a los indecisos. Los hay de tres tipos: los que no ven mal al partido, pero detestan al candidato, los que no ven mal al candidato pero no comulgan con su partido y los que consideran que da igual porque la política no les importa.Tomando en cuenta esto, se puede replantear la pregunta. ¿Quién ganó el debate? Es decir, ¿quién ganó más con el debate? Es decir, ¿quién ganó electores entre los indecisos? Trump.Trump sí usó una estrategia para ganar votantes entre quienes son republicanos pero lo ven mal a él. No por su inteligencia, sus diagnósticos o la solidez de sus proyectos, sino porque reforzó las posturas económicas republicanas básicas (menos impuestos), contuvo su patanería frente a los latinos y se cuidó muy bien de no golpear brutalmente a Hillary.Él no tenía que destruir a su oponente, sólo tenía que peinarse un poco y resistir.La candidata demócrata, por su parte, le habló a quienes ya la veían responsable y ya veían a Trump como un desquiciado.Les recuerdo que no estoy hablando de la solidez de sus propuestas o la fuerza de su argumentación, sino de su capacidad para tocar el corazón de aquellos a quienes les da igual la política o no la quieren a ella aunque sean demócratas. Para ellos mandó un solo mensaje: el miedo. El miedo es casi tan eficaz como el enemigo en política. Trump ve enemigos en China y en México, pero Clinton advirtió a los americanos sobre el riesgo de caer en una crisis económica igual a la de 2008 si apoyan al republicano. La crisis es muy reciente, fue brutal y puede convencer a los indecisos.El otro golpe de Clinton parece muy bueno, pero es de fuegos artificiales. La mención de la miss universo latina que sufrió bullying de parte de Trump no hace ninguna mella en los indecisos. Es más de lo mismo: la gente ya conoce esa faceta de Trump. Es una raya más al tigre.¿Quién fue mejor para argumentar, quién demostró capacidad y experiencia? Sin duda, Hillary Clinton. Pero eso no estaba en duda. ¿Quién ganó más con el debate? No me queda duda: fue Trump.