Miseria y angustia conforman la dicotomía entre aspiración y frustración motivante de la decepción alentada por la comunicación audiovisual, tan profunda como perecedera, que alimenta la frivolidad y posterior amargura, melancolía, tristeza y cólera.El advenimiento cercano de cambio de personas en los gobiernos municipales y funciones legislativas, con la aprobación electoral, abre expectativas de mejoría económica, seguridad, educación y más, con base en las promesas, con la certidumbre de la verdad en la propuesta, su planeación y ejecución para los próximos tres años.Los compromisos están vigentes en la mente de cada poblador desfavorecido y, por consiguiente, ávido de ver satisfechas las tareas tendientes a cuanto a la tranquilidad con satisfacción a sus legítimas aspiraciones dentro del marco legal que otorgue el Poder Legislativo, en lo Federal y Estatal; de ejecuciones inteligentes, transparentes y honestas. Todo ello expuesto bajo el contexto consciente de las circunstancias locales y nacionales, a su vez congruentes e ineludibles en el ámbito internacional que implica transitar por presiones económicas y sociales de migración, a la que no es ajeno el país en la frontera Sur y con peculiaridades propias en la Norte.Es innegable como ineludible la presión de tal movimiento migratorio, expuesto en calles y cruceros, urbanos y carreteros con peligrosa exposición de riesgo, no ajeno a la miseria auspiciada por la carencia de sustento educativo de calidad actualizada en los niveles a que da acceso la tecnología y obliga la globalidad. El panorama es complejo y si por una parte mueve a la compasión, también es motivo de aplicación de recursos motivadores de arraigo mediante ocupación digna para los millones de seres desertores en la tarea común del esfuerzo por carecer del conocimiento básico que les inclina a la facilidad alimentada por los instrumentos a su disposición, inductores de ideologías ajenas y mal intencionadas; caso concreto: la manipulación delincuencial.Los esfuerzos bien intencionados por parte de la autoridad, adicionales a las presiones internacionales, deberán fijar objetividad y vigilancia en la actuación específica por regiones y pobladores, con carencias específicas de vertientes claras que doten de esperanza y posterior solidez a los proyectos de cada habitante y familia en su entorno.Los espacios están abiertos para la burocracia. Median voluntad y determinación con autenticidad en el conocimiento instaurador de soluciones para la reducción del rezago educativo de tantos espacios insolutos, provenientes de vicios alimentados por la complicidad conductora de corrupción que atenta a la puesta en práctica de medidas visionarias. Basta ya de repetir aquel retruécano verbal: “Estamos mal, pero no tan bien como estábamos antes de estar como estamos ahora”.Trabajo digno y suficiente para alimentar y educar a la familia bajo un techo seguro darán vigencia a una vida tranquila en el marco de paz y libertad; que la prosperidad y aprecio tendrán lógica consecuencia. Tengamos confianza en los nuevos personajes de nuestra política municipal y legislativa.Dios nos guarde de la discordia.sicpm@informador.com.mx