Menores por su pequeña presencia junto a sus hermanos medianos y mayores. Muy importantes por la aportación que hacen al equilibrio de la fisiología del metabolismo, y a otras múltiples funciones en los organismos vegetales. Son pues, indispensables para el desarrollo armónico en las cosechas de alto rendimiento. Conocer la interacción que estos pequeños gigantes desarrollan con elementos que intervienen en el proceso de alimentación de las plantas, nos lleva a la intención de aprender y entender un aspecto del organismo viviente que nos ocupa; si bien la nutrición vegetal como disciplina podemos pensar que es una disciplina de alta especialización, el productor interesado en lo profundo tiene acceso a materiales impresos que describen este importante aspecto del cultivo agrícola. Sin embargo debemos dolernos de la falta de la especialidad en la práctica de las realidades. Poco ortodoxos en el academismo, y no obstante no ser ajenos al lenguaje científico, este espacio amable de los domingos se enfoca a llevar el mensaje en la más sólida línea de la expresión e interpretación en el lenguaje que pueda ser percibido por nuestros admirables y sencillos hombres de campo. Ejemplo: suponemos a un grupo de individuos trabajando en el alijo, esto es labor de carga descarga y acomodo; participan en el movimiento individuos de todas las edades autorizadas oficialmente para el trabajo, ahí encontraremos hombres altos, hombres bajos de estatura, hombres fornidos, fuertes y aún obesos; también encontraremos a los altos y esbeltos, o bien chaparros y flacos. Todos, utilizando su capacidad de movimiento y ubicación en un espacio determinado. Volteamos a mirar el mercado social de los individuos- elemento antes descritos y nos hemos de extrañar de la falta de presencia menor o mayor, en esa gama antropológica. Pues nada más que nada menos es el tipo de carencias que encontramos para conseguir quien o quienes nos puedan vender elementos menores y de traza; nos extrañamos también de la falta de algunos de ellos en el mercado de los fertilizantes. Podemos escuchar razonamientos que nos hablen de la falta de interés por utilizar los elementos menores y, por ello no se tienen a la venta. Con ello tenemos un círculo viciado cerrado por un candado. Espectáculos en vivo como el circo y el teatro no pueden existir sin actores; pero estos no conciben su trabajo de la calidad que sea sin la participación del personal ayudante como son, por ejemplo, tramoyistas e iluminadores; así pues el gran aplauso lo reciben los primeros actores , que en sana comparación mencionamos a los tres llamados elementos menores de la nutrición vegetal que son: el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Estos tres elementos son los que comúnmente se conocen y por tanto hacen presencia en las formulaciones de los fertilizantes. ESPECTADORES Y SEGUIDORES La anatomía vegetal es estructurada para el desarrollo de sus tres funciones principales y que son: la etapa vegetativa, la etapa de traslocación y la etapa reproductiva; es bien sabido que toda semilla (incluidas las conocidas como huesos), posee la más completa información genética para su utilidad en las necesidades del ser humano. Qué espera cada una de las partes que forman un órgano vegetal a partir de células y tejidos, la respuesta es; la presencia de todos los elementos que han de participar en la estructura tanto en cantidad y calidad en la presencia de mayores, medianos, micros y de traza o oligoelementos. El científico alemán Leibeg estableció en su Ley del mínimo que, la cual establece que, la falta mínima del mínimo elemento será suficiente para poner el desequilibrio la nutrición. Han pasado en años más de dos siglos y los que andamos sobre el surco intentando producir cosechas de la más alta calidad, parece que no acabamos de entender la grande importancia que cada uno de los catorce elementos de los que echamos mano tiene para llegar a nuestro objetivo. Limitaciones de orden social (mano de obra y carencia de cultura de productores), de orden físico en cuanto al conocimiento y manejo de la ecología de zona o regional, materiales debido a la mínima presencia de maquinaria e implementos inadecuados, financiamiento a la inversión con altos costos, reducidos apoyos técnicos como son laboratorios para análisis de suelo y agua que son muy caros , distribución accesible en precio e inventario de insumos , seguimiento al cultivo hasta su depósito en anaquel para el consumo final. Nos reservamos el derecho de mencionar más etcéteras. VAMOS AL GRANO Todas las líneas anteriores las hemos expuesto queriendo hacer un prólogo claro, lo menos que deseamos es confundir a nuestros amables amigos productores; sin embargo hemos de tener presente que si bien el nitrógeno produce tejidos foliares y agranda otros tejidos como función primaria, el fósforo desarrolla los sistemas de raíz primeramente y después hace presencia en el fruto, el potasio aporta sabor y peso del fruto; no todas estas funciones se dan en todas las especies. Son varios los nutrientes que intervienen en el desarrollo vegetal, pero también son diversas sus funciones y a veces, indispensablemente especificas. Por ejemplo el aguacatero y el mango son dos árboles muy susceptibles a la falta de Boro ; este elemento mínimo , es esencial en grado mayor en la gama de nutrientes en estas dos especies y en ello es indispensable como elemento clave, su presencia. Sin Boro hay cierta hipertrofia de tejidos en las brácteas foliares que dan una imagen “roseteada” es decir, los foliolos aparecen muy cerca uno de otro; poco después la inflorescencia en el mango toma un color verde pálido y posteriormente se torna café oscuro, a esta apariencia se le conoce comúnmente como “escoba de bruja “. En el aguacatero no se necrósa la inflorescencia y sólo aparece el roseteado. Lógicamente en ambos casos hay disturbios en el metabolismo de la planta, aunque la gravedad en el mango es también por la falta de un elemento coadyuvante que es el Zinc. EL BORO Tenemos pues que la deficiencia de boro, entre los elementos menores, es la que con mayor frecuencia ocurre en ciertos cultivos; por ejemplo en leguminosas sobre todo en la alfalfa cultivo de ciclo de seis años es indispensable la presencia de este pequeño gigante para que pueda haber fijación de nitrógeno del aire. Al boro se le encuentra particularmente en los ápices vegetativos, flores y tejidos de conducción como el floema, siendo su presencia especialmente necesaria en aquellos sitios donde se verifica una activa división celular. Esto es muy importante en el caso de los pastos. Además, tiene el boro una gran importancia en la germinación del polen, en la formación de frutos, flores y raíces , en la absorción de cationes (elementos cálcicos) , y en el transporte de las substancias dentro de la planta (translocacion). La zona del cambium y floema o sea, la conocida como corticál , padece frecuentes daños a causa de la deficiencia de boro ; en la práctica la gomósis que se presenta en los cítricos es el resultado de la falta de este pequeño gigante. A causa de los daños que sufren los canales de conducción del cortex, necesarios para el transporte d los productos asimilados, tiene lugar una acumulación de hidratos de carbono en las hojas. Ello motiva la simultánea inhibición de la síntesis proteica, que conduce también a una acumulación foliar de los compuestos nitrogenados solubles. Ejemplos los vemos en hojas de un verde intenso oscuro; ahí, hay un grado de intoxicación, no es que la planta se encuentre sana ; principalmente la observación del caso debe hacerse entre las once de la mañana y la una de la tarde. El boro presenta un baja movilidad en la planta, que impide su traslación de los tejidos adultos a los centros de mayor demanda; aquí debemos reconocer la bondad de las aspersiones foliares, toda vez que los elementos así aplicados van directamente a los centros de recepción y, hacia las citoquininas y a las auxinas que son puntos de crecimiento. De ahí que la manifestación de su deficiencia tenga lugar primeramente en las zonas de crecimiento, las cuales mueren después de que las hojas padecen una intensa atrofia y deformación. Como lo acabamos de expresar en caso del mango con la “escoba de bruja” y el aguacate con la formación de rosetas. Coetáneamente se presenta también la frecuente formación de brotes o yemas, que mueren después de un determinado tiempo. Otros tantos síntomas que acompañan frecuentemente a las deficiencias de boro suelen ser el agrietamiento de la corteza, la gomósis que ya hemos mencionado, la muerte de las ramas y la deformación que sufren los frutos y flores. Aún cuando la deficiencia de boro puede presentarse en toda clase de suelos, ocurre con mayor frecuencia en los terrenos ligeros, que en los de tipo pesado. Se han escuchado opiniones en las que se recomiendan los tratamientos seguramente efectivos, mediante aplicaciones de 16 a 34 kilogramos por hectárea de bórax (hay ciertas dudas para lograr homogeneidad en las mezclas de fertilizantes pues casi siempre los volúmenes de mezclas son manejados por tonelada), o bien con el uso de fosfato boratado. Los repentinos períodos y el exceso de cal incrementan este tipo de deficiencia. Así como las plantas denotan una gran sensibilidad a la carencia de este elemento, su exceso resulta ser también de fatales consecuencias. Esto último se manifiesta primeramente, en contraste con la deficiencia, en las hojas adultas , que mueren, mientras que los meristemos permanecen todavía largo tiempo sanos. El sistema radicular es también afectado, muriendo posteriormente. Lo mismo acontece con las raíces adventicias, después de haber sido fomentada su formación en gran escala. Las crucíferas requieren mayores cantidades de boro.