Es uno de los más importantes valores cívicos que se pueden ejercer durante la vida social y política en un País.Ser leal es mantener una firme convicción de cumplimiento con las normas y leyes del País en el que se ha nacido. Es cuestión de honor, de fidelidad a sí mismo y a todo cuanto uno recibe de los ancestros y de la historia de todo un pueblo.Por eso es muy vil y denigrante ser un traidor a la Patria, lo que regularmente, se pagaba con el destierro o el paredón.La lealtad también implica un signo de gratitud y de respeto a la tierra que te ha dado vida y sustento. Tanto como la mascota es fiel a su amo.El tema viene a colación, porque al estudiar la identidad de nuestra mexicanidad, nos hemos topado con la irreverente tendencia a no ser leales a la Patria, que en términos de la primera Constitución de 1824, implicaba pactar o negociar con los enemigos de México, es decir con los intereses de las otras potencias que deseaban apropiarse de nuestros bienes materiales y de nuestra libertad.La pregunta de fondo es si los mexicanos somos leales, o propensos a ser traidores. Y todavía más a fondo, si es que somos honestos con la lealtad que decimos profesar y no caemos fácilmente en el engaño y fingimos ser lo que no somos.Dentro de varios análisis, hemos podido observar que los mexicanos no tenemos una firme educación a la lealtad, somos frágiles a caer, fácilmente y seducidos por la riqueza, el poder y la fama, a ser propensos a pactar con fuerzas extranjeras, en contra de los intereses del pueblo y de las leyes que nos rigen.Una pregunta más que nos hemos de hacer, es si en la historia de México, han existido traidores. Y si los ha habido ¿Quiénes fueron? Pues del único que tenemos claro testimonio, por documentos de archivo, es a Iturbide acusado de traidor.Algunos estudiosos afirman que el mexicano ha aprendido a fingir que es un leal patriota, pero en el fondo no lo es, y que por ellos es capaz de hacer tratos, negocios, pactos y acuerdos que benefician a un grupo político, empresarial o social determinado y no a toda la Patria y a la prosperidad del pueblo.Hay varios documentos históricos que demuestran a políticos mexicanos negociando beneficios para solo pequeños grupos o sectores, con personas de potencias extranjeras, que les otorgan más ventajas que a México.Son tratos que se realizan bajo la mesa y con el desconocimiento del pueblo y de la prensa.Si es valioso ser leal a la Patria, lo es también ser honestos para sostenerla con valentía.Sería interesante investigar qué políticos, empresarios y líderes sociales, han traicionado a México y cuáles lo siguen haciendo.De cualquier manera, en un mundo globalizado y plagado de movimientos migratorios, el principio de lealtad a México lo debemos de seguir cultivando.