Josefina muestra su estatura

Las encuestas se hicieron efectivas, Josefina Vázquez Mota es la representante del PAN en busca de la Presidencia de la República, mientras que a Ernesto Cordero no le fueron suficientes los apoyos de diversa índole proporcionados por el Gobierno de Felipe Calderón, mientras que Santiago Creel hizo lo que pudo con el poco capital político que le quedaba.

 

La vi y escuché feliz, segura de sí misma y por momentos hasta envalentonada —como  para alborotar la gallera—. A mi parecer, Vázquez Mota mostró empaque y estatura durante su declaración del domingo por la noche. Demostró inteligencia y bonhomía para quienes habían sido sus competidores, aunque se desgastó en agradecimientos y ofrecimientos de lealtad para Felipe Calderón y Margarita Zabala (afirmaba mi padre, qepd, que cuando una persona es reiterativa en su decir y ofrecimientos, es mejor tener cuidado con ella).

 

Por su parte Ernesto Cordero hizo un gran esfuerzo por manifestarse solidario, “aguanto vara a pie firme”, y mantuvo una apretada sonrisa, peor que la que les enseñan a las quinceañeras para su esperado festejo, y claro que había razón para ello, pues además de perder esta gran oportunidad ante “la señora de la casa”, quedarán para las memorias “los trapitos” que expuso durante la contienda. En cambio, Santiago Creel se dijo listo para lo que su partido lo ocupe.

 

De todo ello destaca la capacidad “para la guerra” de los equipos de trabajo de los tres, pero particularmente el de Josefina Vázquez, pues no es fácil ir en contra de la voluntad del presidente del país —por más que Felipe ya lo haya hecho—; ahora bien, con la suma de los integrantes de los tres equipos, la cosa se pondrá difícil para Enrique Peña Nieto —a quien ya declaró el enemigo a vencer—, y para Andrés Manuel López Obrador y su nueva faceta de amor y paz.

 

En el terruño

 

Por lo que hace al candidato electo por Jalisco —dentro del mismo PAN— Fernando Guzmán Pérez Peláez “se sacó la rifa del tigre” y aunque desde temprana hora se había sumado al señalamiento de que las elecciones eran “un desastre”, al final de la jornada se proclamó vencedor de la justa y también hizo votos por la unidad interna, es sólo que aunque Hernán Cortés dio la sorpresa posesionándose en segundo lugar, al cabo de la jornada no se presentó para reconocerlo personalmente, y lo mismo sucedió con Alfonso Petersen, quien insiste —y con razón— que la organización estuvo malhecha.

 

Ahora la disyuntiva es en qué situación quedan los panistas de Jalisco que apoyaron a Ernesto Cordero, entre ellos el propio Fernando Guzmán, mientras que Hernán y Alfonso se pronunciaron a favor de Vázquez Mota, esto es: los que perdieron aquí, están con la ganadora de allá y viceversa. 

 

Por lo pronto, los fernandistas andan del todo contentos y quienes aspiran a las candidaturas de los diversos niveles tienen amplias posibilidades de triunfo, pues van enrachados.