Al futbol podría aplicarse, con una pisca de imaginación, la frase que Miguel Ángel Bastenier acuñó para definir al periodismo: “Es una ciencia exacta… cuyas reglas, a ciencia cierta, nadie conoce”.*La más reciente jornada del Torneo de Apertura 2016 aportó varias muestras al respecto…La más notoria, quizá, a cargo del América: ya ganó, con lo que se consolida —por ahora— el prestigio de Ricardo La Volpe como una de las “Vacas Sagradas” que actualmente ejercen como tales en México… Y, de paso, el cuadro capitalino se reinstaló en el tabulador en un peldaño desde el cual, de mantenerse en él, estará en condiciones de llegar al verdadero campeonato —la “Liguilla”—, si no como gran favorito, sí, al menos, como serio aspirante al título.Ahora bien: aunque el resultado, en su caso particular, era vital —para ahuyentar fantasmas, principalmente—, el propio La Volpe reconoció, aun sin utilizar esas palabras, que el azar incidió más en el resultado que el quehacer futbolístico de su equipo.*Menos llamativo, porque se trata de equipos con menor proyección mediática, pero igualmente notorio, fue el triunfo que el Puebla sacó de su visita a Morelia: pocos pueden jactarse de ganar, en los minutos finales, con un hombre menos y en calidad de visitante, un partido que perdían por 2-0.*En menor medida si se quiere, pero la victoria que el Guadalajara logró como visitante del Veracruz, tuvo, por lo menos, tanto de fortuna como de oficio futbolístico…El repaso de la película obliga a recordar que los “Escualos” tuvieron al menos dos oportunidades claras de gol —goles que parecían cantados—, antes de que Calderón respondiera a la oportunidad que su técnico le dio de aportar su contribución al esfuerzo colectivo (excelente prueba, por lo demás, de que un equipo de futbol no consta sólo de 11 jugadores y de que la aportación de los tres que de ordinario entran sobre la marcha de los partidos muy bien puede ser determinante), mediante el gol con que al final de cuentas se escribió la historia.*En cuanto al triunfo del Atlas sobre el Monterrey, con cifras inobjetables, como corolario de un compromiso en que los rojinegros tuvieron que aplicar parches de última hora sobre la alineación anunciada inicialmente, el episodio remite a la fama de “gitanos”, “caganchescos”, “imprevisibles” y similares, que los rojinegros arrastran “desde endenantes”…