“Se portó muy bien eh, el primero que te dije, bueno no se puede portar mejor, es un señorón, y además a mí deveras no sabes cómo me quiere y qué buena relación tenemos; pero me echó una mano brutal con el otro y el otro también estuvo particularmente caballeroso y bien”.En este pasaje de una conversación telefónica se revela uno de los grandes casos de corrupción que están ocurriendo en este momento en México. Corrupción a gran escala, en las obras y contratos que valen cientos de millones de dólares, que se logran por la complicidad entre empresarios y altos funcionarios y que seguramente los que asignan dichas obras y contratos, reciben jugosas compensaciones por sus favores.El de la voz del primer párrafo es José Andrés de Oteyza, presidente del Consejo de Administración del Grupo OHL México, en una llamada con el director técnico de la misma empresa, Jesús Campos, el 31 de marzo de este año a las 15:31 horas.Ese mismo día la Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció que la licitación para la construcción de la Central de Ciclo Combinado Empalme 1 había sido asignada al consorcio de empresas Senermex Ingeniería y Sistemas, IEPI México, y OHL Industrial. Por el contrato el Gobierno mexicano pagará 476 millones de dólares (casi ocho mil millones de pesos) .Por supuesto que una obra de este tamaño y monto del contrato se tiene qué licitar, pero en el México corrupto que vivimos esos contratos no se consiguen así, sino por el poder de las relaciones y de las influencias que los directivos de las grandes empresas tengan con los altos funcionarios que deciden sobre las asignaciones.En la grabación entre De Oteyza y Campos (grabada de manera ilegal y difundida estos días en YouTube) el primero le hace saber de forma explícita que él ganó el contrato gracias a que le pidió el favor al director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, y que éste le gestionó una reunión con director de la CFE, Enrique Ochoa Reza. De otro modo, el contrato podría haberlo obtenido la empresa Iberdrola (también española) gracias a que tiene entre sus gestores a Herminio Blanco, ex secretario en el gabinete de Carlos Salinas de Gortari.Es decir, de cualquier forma, en esa conversación se admite que los contratos se ganan por relaciones con los altos funcionarios, no por cuestiones técnicas ni de mejor precio. Es de suponer que las empresas ganadoras darán una jugosa compensación al funcionario que influyó para ganar el contrato.Hablamos de corrupción de altos vuelos. Pero no pasa nada. En el México contemporáneo, los grandes casos de corrupción quedan impunes, pues desde el mismo presidente participa en estos enjuagues y no pasa nada, como quedó en claro con el caso de la “casa blanca”, supuestamente propiedad de la esposa de Enrique Peña Nieto. Casos como estos implican despedir delpuestos a los involucrados o incluso la caída de gobiernos. Pero en el México de la impunidad campante no pasa nada. Hasta que el pueblo diga.
