Sin duda, uno de los procesos más importantes en todo sistema político es el de la transmisión del poder. Cuando un gobernante entrega el mando a la persona que él quiso, de manera pacífica, sin rupturas o disidencias, y dentro de los plazos y cauces constitucionales, entonces ese gobernante ha resuelto satisfactoriamente la que sin duda es una de sus decisiones políticas más importantes.En nuestro país este proceso se cumplió con toda regularidad en las cinco sucesiones presidenciales habidas entre 1958 y 1982, que comprenden la época del tapadismo. De 1988 a 2012 todo lo demás se ha cumplido, excepción hecha de que el presidente entregue el poder sin disidencias, o a quien él hubiera querido. En la actualidad, cuáles serían las características de ese proceso sucesorio, que por más que quiera negarse ya inició.La institución del tapadismo fue creada por don Adolfo Ruiz Cortines e involucraba, entre otros, los siguientes componentes o requisitos: 1.- Los tapados debían ser titulares de una secretaría de la Administración pública federal, y adquirían ese status en virtud de que el presidente en turno así lo había decidido; 2.- Los tapados dócilmente debían asumir su rol y aceptar una de las más importantes reglas de ese juego: resistir hasta el final, acatar la decisión presidencial en favor de uno de los otros tapados, e ir a expresarle personalmente su adhesión; 3.- La regla de oro era: “todo con el presidente y por el presidente, nada en contra del presidente”; 4.- El proceso sucesorio iniciaba en el tercer año y el destape era entre septiembre y diciembre del año previo a la elección; 5.- Ocurrido el destape, se daba la “estampida de los búfalos” (llamada así porque no podía contenerse); y, posteriormente —ya más organizada—, la “cargada”: ritual apoteósico en el que las fuerzas vivas exhibían músculo político y expresaban su adhesión incondicional al destapado; y 6.- Después vendría la campaña, periodo en el que se iban tejiendo acuerdos y compromisos a lo largo y ancho del país (las elecciones eran de mero trámite).Requisito sine qua non del tapadismo es que el presidente de la República no decidía un candidato, sino a su sucesor. Vistas así las cosas, conviene preguntarse: 1.- ¿En la actualidad existen tapados o ha habido ya destapes?; y 2.- ¿El Presidente Peña Nieto podrá decidir su sucesor bajo las reglas del tapadismo?Respecto a lo primero, la respuesta es: más por decisión propia que por voluntad presidencial, al menos tres ya se pusieron la capucha: Osorio Chong; Videgaray y Eruviel Ávila (con lo que se romperían algunas de las características del tapadismo). Fuera del círculo del presidente no puede hablarse de tapados, mucho menos de destapes. Con relación a lo segundo, la contestación es: de reproducirse las reglas, serían algunas y no todas; y para que el actual Presidente resolviera su sucesión con los criterios de Ruiz Cortines, deberían cumplirse al menos dos condiciones: primera, que el Presidente impusiera su candidato al interior del PRI, sin disidencias ni rebeliones internas; y segunda, que el ungido resultara vencedor en las elecciones constitucionales.Nada impide que todo lo anterior pudiera darse, pero lo último es completamente impredecible y difícil. Mientras tanto, los únicos tapados son aquellos que quieran entender y procesar la realidad actual con criterios de hace más de 50 años, cuando ya hasta existen en la ley los candidatos independientes.