Pocas de las innovaciones llegadas con la red de internet son tan útiles para quien se dedica a la lectura y la escritura como la posibilidad de consultar en línea un buen número de diccionarios y enciclopedias. En ese sentido, el Buscón* del Diccionario de la Real Academia Española es un modelo. Resulta muy práctico tenerlo abierto en pantalla para estarlo consultando de manera constante cuando se trata de buscar significados precisos al redactar o corregir un texto. Ojalá los maestros en las escuelas y universidades acostumbraran a los alumnos a usar los diccionarios, de bulto o en línea: nunca ha sido más fácil hacerlo. Pero ahora la Academia anuncia un paso más en su esfuerzo por poner al alcance del público a través de internet un gigantesco acervo que consiste en los materiales que conforman el Nuevo diccionario histórico del español, obra colectiva en la cual participan todas las academias de la lengua desde hace décadas y cuyos materiales básicos ya están disponibles en la página de la Fundación Rafael Lapesa. Se explica ahí** que “se ha confeccionado un corpus nuclear de la lengua española como punto de partida para la elaboración del diccionario. El corpus del Nuevo diccionario histórico (CDH) cuenta con más de 53 millones de ocurrencias, de las cuales 32 millones pertenecen a textos españoles y más de 20 millones a obras americanas”. También se informa que se ha digitalizado el voluminoso fichero general de la Real Academia, que ha sido compilado a lo largo de muchísimos años, para que pueda ser utilizado en la confección del Nuevo diccionario histórico, y asimismo que está disponible un Mapa de Diccionarios,*** “herramienta que permite, en la actualidad, consultar simultáneamente seis ediciones representativas del diccionario académico: 1780, 1817, 1884, 1925, 1992 y 2001. Su finalidad radica en ofrecer una visión evolutiva del léxico moderno, matizada por la idea que se hacían de él los académicos a lo largo de los casi trescientos años en que se suceden las ediciones de estos diccionarios”. Estos avances en la accesibilidad inmediata a recursos que antes a duras penas sólo los especialistas lograban consultar es, fuera de toda duda, un enorme paso adelante que ojalá sea difundido y aprovechado por un público amplio de todos los niveles. Es también la confirmación del valor incomparable del trabajo colectivo de cuerpos como las academias, que conjuntan los saberes y la capacidad de trabajo de un número importante de individuos que conforman esas instituciones. Ojalá que los recortes de presupuestos oficiales que suelen golpear a las instituciones culturales antes que a muchas otras no frenen los adelantos que en materia lexicológica y filológica están logrando las academias de la lengua española, ni su empeño por ponerlos al alcance de nuestra mano. Y un pésame a la RAE y al público en general por la muerte del genial Mingote, que durante tantas décadas fue el gran maestro del humor gráfico en el mundo hispánico. *http://buscon.rae.es/draeI/ **http://www.frl.es/Paginas/default.aspx *** http://web.frl.es/ntllet/SrvltGUILoginNtlletPub
