Dónde llevar el auto a servicio

Casi todos hacemos lo mismo. Mientras nuestro auto está en garantía, vamos a los distribuidores, casi siempre el mismo donde compramos la unidad, para hacer sus servicios de mantenimiento, programados o no. Pero una vez que termina la garantía, ni siquiera pasamos cerca de una agencia autorizada. El motivo principal que nos lleva a eso, es el precio. En un distribuidor, los costos de servicios son invariablemente más caros que en los talleres independientes. No necesariamente estaremos ahorrando dinero al evitar a los distribuidores, aunque, en algunos casos, sí nos sale mejor y más barato acudir a un taller independiente, incluso al “Tuercas”.

Los talleres de los distribuidores autorizados son, en teoría, los mejores. Cuentan con personal entrenado por el fabricante, instalaciones pensadas para los modelos de esa marca y trabajan con partes originales y dentro de su fecha de caducidad. Sí, porque las partes tienen vigencia, ya que el tiempo, no sólo el uso, producen desgaste que puede comprometer su funcionamiento. Hay, sin embargo, dos problemas. El primero es que sus costos son más altos, al igual que su margen de utilidad. Un estudio hecho en Estados Unidos por la página de Internet Car Talk, mostró que los servicios básicos de un distribuidor son cerca de 15% más caros que los de un taller independiente. El otro problema es que no siempre el servicio es bueno, por lo que algunas veces, pagamos más por una atención y servicio de peor calidad.

Honda, desde que llegó a México, ha ayudado a mejorar la calidad del servicio de agencias de todas las marcas, porque los demás fueron obligados a hacer algo, bajo la amenaza de quedar fuera de la competencia. Pero la mayoría sigue lejos de ofrecer buen servicio. Los principales problemas son las promesas no cumplidas, servicios que no quedan bien al primer intento y refacciones que tardan mucho en conseguirse.

¿Perderé mi garantía?

Los consumidores estamos, en muchos casos, forzados a usar el servicio de agencia mientras dura la garantía, bajo el riesgo de perderla. Sin embargo, en la mayoría de los casos, usar otros talleres no implica perder la garantía, si no se hacen modificaciones que afecten el producto original.

Cambiar el aceite, por ejemplo, no debe ser motivo de pérdida de garantía, siempre y cuando estés seguro de poner un aceite que cumpla las recomendaciones del vehículo hechas por el fabricante.

Un servicio menor de frenos, como cambio de balatas, tampoco debe ser motivo que implique la pérdida de la garantía del auto, pero para estar seguros, tenemos que leer el manual del propietario y las condiciones de garantía y esto es algo que casi nadie lo hace.

Sin embargo, en el caso de los neumáticos, por ejemplo, siempre será mucho mejor comprarlos en talleres independientes, aunque no necesariamente en un supermercado. Comprarlas en talleres reconocidos, con mucha frecuencia implica contratar un seguro que cubre la llanta contra accidentes que la puedan dañar, como baches o “banquetazos”. No conozco ningún distribuidor que ofrezca esto al cliente.

En Guadalajara, se acaba de inaugurar una especie de servicio “híbrido”, es decir, no es el clásico y caro taller de agencia, pero tampoco es el “Tuercas”. Se trata del VW Direct Services, que busca atraer a los clientes de la marca cuyos autos ya han salido de la garantía. Ofrecen servicios de mantenimiento rutinario como cambio de aceite, balatas, alineación y balanceo, sin necesidad de una cita y con el uso de personal entrenado por VW. Prometen un servicio en un tiempo menor al ofrecido por las agencias, al igual que un precio más bajo. El modelo arrancó en Alemania en 2009 y hoy está presente también en Suecia, Finlandia, Austria, Dinamarca y Holanda.

Volkswagen está innovando con el concepto en México, cuyo primer taller está en Guadalajara pero llegará pronto a otros lugares. Seguramente también motivará a otras marcas a hacer lo mismo y al igual que Honda lo hizo en su época, está contribuyendo para que el consumidor tenga más y mejores opciones.

El punto es que no debemos dejarnos engañar. Y la clave para esto, es la información. Lea el manual del propietario de su auto y ponga mucha atención a la garantía. En la hora de un servicio, compara precios, pide presupuestos y no olvides verificar recomendaciones de amigos o por Internet, porque algunos talleres, de agencia o no, no respetan el presupuesto inicial ofrecido. Tampoco hay que dejarse llevar por el precio. Lo más barato no necesariamente es lo más conveniente. Incluso puede salir más caro. Un aceite inadecuado para su motor, puede echar a perder toda la máquina, con el costo que esto significa.

Por último, pero no menos importante, recuerden, siempre, que existe un organismo que defiende el consumidor mexicano, y que lo hace muy bien: la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). Si no está satisfecho con un producto o un servicio, acuda a la Profeco. Es su dinero y es su derecho.