Sábado, 11 de Octubre 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Caricaturas presenta.

Por: Carlos María Enrigue

Caricaturas presenta.

Caricaturas presenta.

Hay momentos en la vida en los que la gente marcha hacia la muerte sin tener la más remota idea de lo que está pasando. Yo creo que debe ser la mejor forma de morir.

Si no que le pregunten a Eduardo Palomo. Yo me lo imagino perfecto, en el restaurante con sus cuates y su vieja cenando hasta que alguien tuvo la pésima idea de contar el chiste de los elefantes que estaban en el desierto todos acalorados. Después de eso siguió lo inevitable, Eduardo atacado de risa hasta que cae al suelo con una sonrisa de oreja a oreja. Los amigos echando más risa por la caída hasta que Eduardo deja de responder a las pataditas que le tiraban para checar su bienestar (compare usted esta muerte con la de Mariana Levy y dígame cuál escoge).

Esta clase de muertes, a lo idiota, se suele dar mucho en tratándose de accidentes viales. Las muertes en auto suelen ser muertes terribles y son de las más comunes entre la población joven, cosa muy lamentable. Sin embargo esta pieza no pretende ser una advertencia ni un llamado a crear consciencia, tiene como único y exclusivo propósito contar una estupidez.

Nos hallábamos de vacaciones toda la familia. Era Semana Santa y mis padres, al ver que crecíamos vertiginosamente, decidieron armar uno de los últimos grandes viajes familiares de la historia. Para pasar la vacación habían seleccionado una espectacular ruta: Saliendo de Guadalajara iríamos dos días a Zacatecas para rendir homenaje a mi General Don Francisco Villa en el Cerro de la Bufa, lugar donde hubo fiesta y grande, donde la familia se sentía más hermanada que nunca y todo era gozo y jolgorio.

De ahí mis papás pensaron que sería buena idea tomar un día en la tierra del afamado poeta Ramón López Velarde y pese al infernal calor que hace en el desierto zacatecano todos escuchábamos extasiados los seductores versos del autor de “La Suave Patria” (para toda la bola de ñeros la referencia “suave” significa terso y no “chido”).

Postradas las ofrendas ante el artista partimos hacia Real de 14 - lamentablemente pese a estar cerca de Matehuala mis papás no tenían interés en presenciar las “Mexican Pointy Boots” por lo que nos perdimos de un espectáculo de antología. En Real nos paseamos por los distintos edificios, maravillados por el alicaído esplendor del pueblo minero y tuvimos una espectacular comida.

El viaje terminaría una vez que llegáramos a San Luís Potosí para presenciar a la inigualable procesión del silencio y tuviéramos oportunidad de reflexionar sobre nuestra relación con el Creador mientras conmemorábamos su sacrificio.

En el camino alguien sugirió hacer un juego familiar para entretenernos. Las distancias habían sido largas, tediosas y había que distraerse de la desolada imagen del desierto. Todos estuvimos de acuerdo en que el juego “caricaturas” era el más conveniente dadas las condiciones del viaje (si usted no ha jugado “caricaturas” o no tuvo infancia o es extranjero, para los extranjeros valga la siguiente explicación: Caricaturas es un juego grupal que comienza cuando uno de los participantes dice “caricaturas…”, seguido por el siguiente en orden de manecillas que dice “…presenta…”, el siguiente “….nombres de….” y aquí viene el truco pues el cuarto participante debe escoger un tema pudiendo ser cualquier cosa; a esto sigue “…por ejemplo…” y el sexto debe comenzar a decir cosas que estén incluidas dentro del género elegido por el cuarto jugador para que el resto siga diciendo nombres de tal categoría. Pierde quien se tarda en contestar, elige un nombre ya mencionado o da un nombre que no sea de la categoría).

El caso es que íbamos todos cantando “caricaturas… presenta… nombres de….” y cada vez los tripulantes de la camioneta subíamos más el tono y el juego se aceleraba hasta comenzar a tener un ritmo desquiciado.

Los autos que nos rebasaban, pues mi padre suele conducir a baja velocidad, nos hacían señas que nosotros asumíamos era que ellos también estaban prendidos por nuestro juego. Nosotros les contestábamos subiendo el ritmo y gritando cada vez más fuerte.

En eso hubo un movimiento extraño en la camioneta. Sonó un fuerte tronido y nos ladeamos hacia la izquierda violentamente. No sé cómo pudo controlarla mi progenitor, pero rápidamente estábamos en un acotamiento respirando hondo. Todos teníamos cara de terror.

Resulta que durante todo el trayecto que íbamos cantando nuestra llanta se despedazaba poco a poco y nadie pudo siquiera oler el caucho que ardía en las carreteras potosinas por ir como imbéciles cantando “caricaturas”.

Esto señor lector, es el ejemplo máximo de la muerte a lo idiota que refería en el proemio.

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones