Vuelta a la rutina... ¿Qué se le va a hacer...?Sin embargo, antes de enfrascarse de nuevo en la competencia casera, de esperar que este fin de semana se despejen las incógnitas pendientes con respecto a los equipos que van a protagonizar el verdadero campeonato —la verdadera, breve historia, de la que la fase clasificatoria viene a ser un prólogo desproporcionadamente extenso—, es pertinente, con la venia del lector amable, insistir en que Juan Carlos Osorio, hasta ahora y en contra de un porcentaje significativo de los pronósticos, va consiguiendo, sin duda, la nota aprobatoria. * Se le calificaba como un técnico “de bajo perfil”, porque no se le conocen, a lo largo de su trayectoria, ni en su país de origen (Colombia), ni en Inglaterra, Estados Unidos o Brasil, donde ha desarrollado su carrera como técnico, episodios que denuncien su tendencia al protagonismo excesivo... Al contrario. En todas partes ha cimentado prestigio como entrenador serio, diligente, estudioso y metódico. En ninguno de los equipos de club que ha dirigido ha tenido actitudes de “vaca sagrada”. No se caracteriza por la tendencia a convertir sus análisis de los partidos —ni los previos ni los posteriores— de sus equipos, en cátedras sobre filosofía o en disertaciones sociológicas. * A pesar de las pocas semanas transcurridas desde su separación del Sao Paulo a raíz de su designación como técnico nacional en México, Osorio realizó, evidentemente, un trabajo meticuloso... Se asesoró bien. Obtuvo referencias acerca de los jugadores que han integrado, de un tiempo a la fecha —con resultados dispares, por cierto—, las selecciones nacionales. Aprovechó el tiempo para ver partidos de la competencia doméstica, debidamente orientado acerca de los mejores prospectos. Viajó a Europa, donde se supone que está lo más selecto de la producción de talentos mexicanos, para dialogar con ellos, en el entendido de que, precisamente por ser los mejores, serían la base del equipo al que dio forma. A diferencia de un entrenador de club, condenado a trabajar con lo que sus dirigentes le suministran, tuvo el ojo clínico necesario para encontrar a los jugadores idóneos para materializar las ideas que consideró pertinentes para cada uno de los compromisos en puerta. * Hasta ahora —por más que haya quien quiera tapar el sol con un dedo— los resultados le van dando la razón. Subrayémoslo: hasta ahora...