Viernes, 10 de Octubre 2025

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- “...y coincidir”

Por: Jaime García Elías

-   “...y coincidir”

- “...y coincidir”

Como en la canción de Alberto Escobar, coincidieron, este lunes, habiendo “tantos mundos, tanto tiempo y tanto espacio”, tres acontecimientos significativos vinculados con el pasado relativamente reciente de Guadalajara, uno; con el presente, otro, y con el futuro próximo el restante...

Uno sería la resolución judicial, favorable al Ayuntamiento tapatío, del diferendo —que hizo crisis hace pocos meses— con la empresa concesionaria de la operación del Parque Alcalde, en mala hora rebautizado como “Rehilete”; otro, el punto muerto en que encuentra el enésimo proyecto por volver a la vida (ahora que la Unesco acaba de declarar “Patrimonio Intangible de la Humanidad” a la música de mariachi), a la Plaza de los ídem; y el otro, el vigésimo aniversario luctuoso del arquitecto Ignacio Díaz Morales.

-II-

La primera noticia implica que el Parque Alcalde volverá a ser, en sentido estricto, patrimonio de los tapatíos. El Ayuntamiento de Guadalajara se encargara, directamente, de rehabilitarlo y ponerlo a funcionar. La rehabilitación implica darle la “garra de león” (es decir, “manita de gato”... pero a lo bestia) necesaria para rescatarlo de la sobreexplotación, la incuria y el deterioro al que lo sometió una administración que a todas luces se preocupó más por ver qué le sacaba al Parque, que por dar algo a los usuarios, al parque mismo... y, en última instancia, a la ciudad en pleno.

La segunda se relaciona con la concesión por 30 años, a partir de 2009, para su explotación, de la Plaza de los Mariachis que alguna vez fuera tarjeta de presentación —aunque no, jamás, timbre de orgullo— de Guadalajara a los ojos del mundo. Para devolverle la dignidad que, según los más ancianos de la comarca, la plaza en cuestión llegó a tener, era imperativo realizar una inversión millonaria que los concesionarios comprometieron... pero no cumplieron.

La tercera se relaciona con el personaje que tuvo la visión urbanística que transformó a Guadalajara, del “pueblo bicicletero” que era en la primera mitad del Siglo XX, en la metrópoli que llegó a ser en la segunda, merced a la ampliación de las avenidas Alcalde-16 de Septiembre en el sentido norte-sur, y Juárez-Vallarta en el oriente-poniente.

-III-

Burócratas y mercachifles, juntos, son dinamita. El Parque Alcalde y la Plaza de los Mariachis son mudos testigos de ello. Para rescatarlos haría falta que Díaz Morales reencarnara... o que su espíritu iluminara a quienes tienen el hermoso reto de resucitar a uno y a otra.

(Amén).

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