De nuevo, la tensión en torno a una potencial guerra nuclear ha surgido este fin de semana, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmara este domingo que "ya envió dos submarinos nucleares a Rusia como una medida preventiva para garantizar la seguridad nacional", en respuesta a declaraciones del exmandatario ruso Dmitri Medvédev, quien criticó el ultimátum de 10 días que EU impuso a Rusia para que frene la guerra de Ucrania, advirtiendo "que este podría derivar en un conflicto entre ambos países".La tensión regresa luego de que, a finales de junio pasado, Estados Unidos atacara tres instalaciones nucleares de Irán, tomando las discusiones internacionales ante "la potencia de este tipo de armas, que podría generar impactos globales por su letalidad".Aunque diversos países a lo largo del mundo se habían suscrito al Tratado de No Proliferación Nuclear, que compromete a los países que no tienen armas nucleares a no construirlas ni obtenerlas, y a aquellos que sí las tienen a "buscar negociaciones de buena fe" con el objetivo del desarme nuclear, los números han aumentado, de acuerdo con datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI por sus siglas en inglés).En su reporte más reciente respecto de este tipo de armamento, el SIPRI identificó un aumento a nivel internacional de un 0.3% en cuanto a ojivas nucleares disponibles, siendo China la nación que más ha incrementado sus capacidades "para alcanzar a Rusia y a Estados Unidos”. Tan solo entre 2023 y 2024 se identificaron 100 nuevas armas nucleares. "se cree que la gran mayoría de las cabezas nucleares de China se almacenan separadas de sus lanzadores", consideró el SIPRI.Rusia es el país con más ojivas, sumando al menos cuatro mil 309 reservas. Le sigue Estados Unidos, con tres mil 700.China suma, al cierre de 2024, al menos 600 reservas nucleares, mientras que Francia, por su parte, contempla 290. En el quinto sitio se ubicó Reino Unido, con 225.De acuerdo con el SIPRI, China continúa invirtiendo en esta materia (considerando además que es uno de los países que más invierte en defensa en el mundo), y se estima que para finales de la década, podría tener al menos tantas reservas como Rusia o EU. Lo anterior, dijo el SIPRI, "se traduce en tensiones que socavan el diálogo entre China y Estados Unidos sobre cuestiones relacionadas con las armas nucleares, debido al apoyo estadounidense a Taiwán y a las sanciones económicas impuestas a China".El Instituto señaló que, en conjunto, Rusia y EU poseen alrededor del 90% de todas las armas nucleares en el mundo, siendo esto un riesgo para los tratados internacionales que "detienen" el uso de las armas de este tipo, considerando que "ambos países están llevando a cabo amplios programas de modernización que podrían aumentar el tamaño y la diversidad de sus arsenales en el futuro"."Si no se alcanza un nuevo acuerdo para limitar sus arsenales, parece probable que el número de cabezas nucleares que despliegan en misiles estratégicos aumente después de que expire, en febrero de 2026, el tratado bilateral de 2010 sobre medidas para una mayor reducción y limitación de las armas estratégicas ofensivas", alertó el SIPRI.El Instituto alertó también sobre la actividad en la materia que ha tenido Francia, el país con el mayor arsenal nuclear en Europa. En 2024, París continuó su programa de desarrollo de misiles nucleares de tercera generación lanzados desde submarinos, así como de un nuevo misil de crucero lanzado desde el aire."Al igual que Francia, Reino Unido se ha comprometido a aumentar sus capacidades nucleares marítimas mediante la construcción de cuatro nuevos submarinos nucleares lanzamisiles balísticos. Aunque se cree que el país no aumentó su arsenal el año pasado, que actualmente es de 225 armas nucleares, hace unas semanas el Gobierno anunció nuevas inversiones en hasta 12 nuevos submarinos de propulsión nuclear como parte del programa AUKUS", afirmó el instituto. Fuentes: Índice de Potencia de Fuego Global y StatistaEn 2024, los nueve países que poseen armas nucleares en el mundo destinaron más de 100 mil millones de dólares a sus arsenales, lo que equivale a 190 mil dólares por minuto. La cifra representa un aumento del 11% respecto al año anterior, de acuerdo con un nuevo informe de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN).De acuerdo con un análisis del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Estados Unidos encabezó el gasto con 56 mil 800 millones de dólares, más que la suma de los otros ocho países con armas nucleares. Le siguieron China, con 12 mil 500 millones, y el Reino Unido, con 10 mil 400 millones. En conjunto, estos tres países fueron responsables de casi el 80% del gasto mundial en este sentido. Desde 2019, la inversión global en armamento nuclear ha aumentado poco más del 32%, al pasar de 68 mil millones a más de 100 mil millones de dólares. Además del gasto público, dijo el SIPRI, el sector privado también ha obtenido amplios beneficios. En 2024, al menos 42 mil 500 millones de dólares terminaron en manos de empresas contratistas de armas nucleares, además de que existen contratos vigentes por un total estimado de 463 mil millones de dólares, algunos con plazos que se extienden por décadas.Solo en ese año, se firmaron nuevos contratos por al menos 20 mil millones. Parte de estas empresas, especialmente en Estados Unidos y Francia, han destinado fuertes sumas a actividades de cabildeo: 128 millones de dólares en total, según los datos disponibles.El informe también alertó sobre la opacidad con la que se maneja esta información en muchos países, incluidos aquellos que albergan armas nucleares extranjeras en su territorio. "Es una afrenta a la democracia que a los ciudadanos y legisladores de países que se jactan de sus credenciales democráticas no se les permita saber que en su territorio hay armas nucleares de otros países o cuánto de sus impuestos se gasta en ellas", declaró Alicia Sanders-Zakre, coautora del estudio.Frente a un panorama global marcado por las guerras en Ucrania y Gaza, y el aumento de tensiones en Asia, el riesgo de que se utilicen armas nucleares se considera el más alto desde la Guerra Fría. A pesar de que los propios Estados reconocen que una guerra nuclear no puede ganarse ni debería librarse, siguen apostando por una doctrina de disuasión basada en amenazas.El reciente conflicto entre Estados Unidos e Irán, en busca de apoyar a su aliado, Israel, entró en una nueva fase tras el ataque a tres bases nucleares de Irán por parte del gobierno estadounidense en junio pasado. Para el internacionalista de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Sigala, el impacto de esta decisión dependerá, en gran medida, del éxito que tenga la estrategia militar para desarticular el programa nuclear iraní y debilitar el régimen actual, en busca de minimizar sus acciones contra Israel."Todavía es muy prematuro conocer el significado y las consecuencias globales que esto podría traer, porque todo depende de qué tan exitosa sea la operación para desmantelar el programa nuclear iraní y desestabilizar o acabar de una vez por todas con el régimen de la República Islámica de Irán", comentó.Sin embargo, reconoció, las repercusiones sí podrían extenderse más allá de un conflicto armado directo, considerando como un riesgo la posibilidad de una escalada de violencia que involucre tanto métodos militares tradicionales como ataques terroristas, lo que podría tener consecuencias graves no solo para Estados Unidos, sino también para Europa y otros aliados occidentales.Respecto a la postura de otras potencias globales, como Rusia y China, el especialista indicó que ambas naciones han reaccionado con firmeza en el plano diplomático, aunque no muestran intención de intervenir militarmente. Por ahora, mantienen una actitud de vigilancia. "No considero en absoluto que tengan un interés militar. Más que un involucramiento, representa un estado de alerta para ellos", dijo.También subrayó la importancia estratégica de Irán en el equilibrio de poder entre estos actores internacionales. Lo que ocurra con el régimen iraní podría modificar el tablero geopolítico global, pero, en cuanto a los efectos económicos, añadió, uno de los factores más sensibles es la posibilidad de que Irán cierre el estrecho de Ormuz, lo cual ya ha comenzado a sonar en medios internacionales, hecho que podría desatar una crisis energética a nivel global, considerando que esta es una ruta clave para el paso del comercio de la península arábiga y de los países que colindan con la península arábiga e Irán hacia el mundo.A nivel interno y, por otra parte, dijo, Estados Unidos está perdiendo más en cuanto a su misma nación, debido a que la forma en que decidió involucrarse ha generado tensiones, sobre todo en el Congreso, dijo el especialista, pues la administración de Donald Trump optó por una acción unilateral, sin consulta previa con los legisladores, lo cual provocó reacciones críticas dentro de su gobierno, particularmente de los sectores demócratas. Este tipo de decisiones, aunque no inéditas, elevan el grado de incertidumbre y polarización dentro del país.Por su parte, Arturo Santa Cruz, director del Centro de Estudios sobre América del Norte de la Universidad de Guadalajara (UdeG), consideró este primer ataque como una fractura grave al sistema de derecho internacional y a la propia legalidad interna estadounidense. "Este ataque representa de entrada una violación al orden internacional, al derecho internacional, a las leyes que suponen que se pone en rigidez al sistema internacional. Estados Unidos lo está rompiendo", señaló.Consideró también que la administración estadounidense omitió los procedimientos legales internos, como el aviso y autorización del Congreso para iniciar hostilidades, tanto externas como interna, compromete su legitimidad como gobernante, siendo este un punto negativo para su administración, además de que pone en juego la estabilidad global.Para Santa Cruz, el nuevo escenario hace prever una reacción del régimen iraní, que pese a sus características autoritarias, gobierna un Estado soberano. Irán podría responder con ataques a bases estadounidenses en su territorio, contra personal diplomático, ciberataques o incluso cerrar el Estrecho de Ormuz, "por donde circula una quinta parte del petróleo del mundo", una de las consecuencias más graves a nivel internacional previendo posibilidades de escasez y aumento de costos de los combustibles. "El régimen iraní no se va a quedar con los brazos cruzados e intentará represalias, tanto contra Estados Unidos como contra Israel", añadió.Estados Unidos advirtió, es el principal perdedor de esta intervención: pierde legitimidad a nivel global y credibilidad interna, sobre todo ante una base electoral que respaldaba el aislamiento en política exterior. "Van a perder los otros países que, de alguna u otra manera, se sientan obligados a apoyar al régimen iraní. Esto les va a acarrear costos también", añadió Santa Cruz.Israel, aliado de EU, podría verse beneficiado al frenar el posible desarrollo de armas nucleares en Irán, pero seguirá expuesto a ataques como ya ha ocurrido tras el bombardeo estadounidense.Respecto a otros actores internacionales, el académico señaló que por ahora no se prevé la participación activa por parte de China o Rusia, considerando por ahora implicaciones menores que no precisamente se conviertan en intervenciones militares, mientras que Japón se mantendría del lado estadounidense, aunque sin peso relevante en esta coyuntura."Por una parte de Rusia, ya no es el país poderoso que era, y el poder que le queda lo estará usando, básicamente, para continuar, si es necesario, su guerra de agresión contra Ucrania, en la cual rompió también las leyes internacionales sobre el conflicto. El apoyo que le pueda brindar Rusia a Irán en sus represalias contra Estados Unidos e Israel sería mínimo, si llegara a existir. Pero a China, por otra por la otra parte, tampoco la vemos muy interesada en inmiscuirse en este conflicto, y Japón no es por ahora un jugador importante en el conflicto", manifestó el especialista.Ante el conflicto en el cual Estados Unidos se ha sumado a la guerra entre Irán e Israel, atacando tres bases nucleares de Irán, así como el "anuncio" en el cual Donald Trump afirmó que ya había enviado dos submarinos nucleares a Rusia, México debe mantenerse en apego a la diplomacia, con cautela, pero instando al rechazo de los conflictos.Para Arturo Santa Cruz, director del Centro de Estudios sobre América del Norte de la Universidad de Guadalajara (UdeG), si bien la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ya emitió un mensaje para instar a la paz y al cese del conflicto, "lo lógico y ético sería condenar abiertamente los ataques", sin embargo, debe hacerlo con cautela, considerando los temas delicados que mantiene con Estados Unidos.Si bien México ha emitido "críticas indirectas a las instancias internacionales" y expresó su respaldo a la paz, señaló el académico, se evitaron confrontaciones directas. "Lo que queda es básicamente lo que está haciendo la presidenta: una crítica velada", apuntó el académico. "Ser neutral no es opción", dijo Santa Cruz, quien insistió, ante agresiones claras, el país debe pronunciarse. "México ha querido, históricamente, ser neutral en conflictos como los vividos entre Rusia y Ucrania, pero es central, en estos casos, tomar partido, pero no entre una nación u otra, sino señalando y rechazando el conflicto", consideró Santa Cruz.En cuanto a los efectos que podría tener México respecto del conflicto, refirió que en este momento no se contemplan situaciones mayores al riesgo que corre su personal diplomático en aquella región, por lo cual México inició ya su evacuación, así como de connacionales, de las zonas de riesgo.Por su parte, el internacionalista, también de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Sigala, destacó que históricamente el papel de México frente a distintos conflictos bélicos, como el de Irak o de Ucrania, ha sido "de tradición legalista y pacifista", poniendo por delante de la política exterior la búsqueda de la paz, la cooperación, la resolución pacífica de los conflictos."La Presidenta ha llamado ya a esta postura diplomática como un País que tiene una identidad apegada al derecho internacional", dijo recordando que ha sido una buena medida considerando que México no cuenta con intereses geopolíticos que lo involucren directamente en este conflicto armado.Si bien, dijo, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador "hubo señales ambiguas frente a la invasión de Rusia a Ucrania", al final no terminó de tomar partido, y reconoció que la Presidenta Claudia Sheinbaum hubiera considerado continuar con la línea legal, considerando que México mantendrá su respaldo al derecho internacional por sobre un país u otro. "No es que México se esté lavando las manos, sino que es nuestro interés defender este tipo de relaciones internacionales basadas en el diálogo, en el derecho, en las instituciones", puntualizó.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *MB