Entretenimiento | Aquellas historias de la inseguridad que se vive en el país. TAPATIEZ: Embustes telefónicos vs tapatíos incautos La inseguridad no es cuestión de millonarios y magnates. Por: EL INFORMADOR 29 de mayo de 2008 - 16:55 hs De lo que se tiene que decir y vivir siendo tapatío... Aquellas historias de la inseguridad que se vive en el país, especialmente en la Ciudad de México, parecían lejanas y muchas veces ajenas a la realidad de los habitantes de Guadalajara. Quizás la apatía o la indiferencia les lleva siempre a ver las historias macabras del crimen organizado o desorganizado, lejanas y distantes. Pero esto ya es cotidiano y tapatío: la inseguridad no es cuestión de millonarios y magnates. Ahora es cosa de todos los días y es un asunto sin distingos sociales, culturales, raciales, cuantimenos económicos. Hoy en día, algo tan sencillo como apagar el celular puede resultar en un secuestro express o una extorsión telefónica y hasta un simple asalto hormiga en el minibus... ¡No se vale! Ante esa postura, más vale estar prevenido y cuidar la seguridad personal y la de su bolsillo, conociendo las tácticas más comunes que utilizan los ladrones para abusar de los pobres incautos tapatíos. Por ejemplo, la extorsión telefónica. En primer lugar, la de sorteos maravillosos en los que por azares del destino se recibe una llamada que lo ostenta como ganador de un lujoso crucero por el Caribe. ¡Cuidado! Ante esto no hay que soltar prenda, ni números telefónicos adicionales, ni fechas especiales, nada. Pero existen casos todavía más ruines.Un día como cualquier otro, mi amiga (a quien le pondré “Anónima” por cuestiones de seguridad) estaba de lo más tranquila saliendo de su oficina cuando recibió la llamada de otra amiga. Antes de decir nada, preguntó si se encontraba bien, la respuesta fue afirmativa, acto seguido le pidió que se comunicara urgentemente a su casa, y así lo hizo para descubrir que su madre estaba a punto de un infarto y su hermana igual. En ese momento, al teléfono particular se encontraba la voz de un supuesto secuestrador, quien amenazaba con entregar el cuerpo sin vida de la hija y hermana si no se le entregaba una cierta cantidad de dinero. Afortunadamente las cosas no pasaron a mayores: Anónima y su familia se encuentran bien. La velocidad con la que viajó la información y el uso de más de un celular, impidieron que estos pillos se salieran con la suya. Lo que sigue es cambiar de rutas habituales, mantenerse informado y en contacto con los amigos cercanos y la familia, para que en caso de que esto ocurra, no tenga espacio la duda y usted no ceda ante los embustes de aquellos que viene a sembrar el miedo en nuestra sociedad. Temas Tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones