Ser padre, el mejor proyecto de Diego Luna

CANNES, FRANCIA (15/MAY/2010).- Para Diego Luna Cannes es un festival familiar. Ha acudido como actor (promoviendo la cinta Mr. Lonely, 2008), promotor en el mercado de cine (con su documental J.C. Chávez, ese mismo año) y como invitado especial, sin embargo la experiencia vivida ayer en la Costa Azul francesa fue inigualable.

Desfilar por la alfombra roja como realizador con Abel, su primer filme de ficción, es una experiencia que no había conocido, tampoco la respuesta: dos minutos de aplausos del público que abarrotó la sala. “Estoy muy emocionado. Se me sale el corazón”, mencionó el actor al terminar la proyección fuera de competencia.

Para la función especial fuera de competencia de la cinta se hizo acompañar por los protagonistas de la historia: Karina Gidi y José María Yazpik, además del alma de la cinta, los pequeños Christopher y Gerardo Ruiz-Esparza.

La incursión en el mundo infantil fue un ejercicio casi orgánico, según explica el realizador, ya que el dirigir una historia sobre el complejo arte de ser padre coincidió con la llegada de Jerónimo, su primer hijo. “Me pasó que me estaba volviendo papá en el proceso y es una reflexión sobre eso, qué significa la paternidad, luego se nos olvida que todo lo que hacemos tiene una relación directa con quién son nuestros hijos. En México está bien visto por la sociedad que los padres se dediquen a  proveer y las madres lleven el barco, y ésa era mi reflexión, yo no quiero ser un papá así”, comparte un Diego Luna que en breve recibirá a su segundo hijo, fruto de su relación con la también actriz Camila Sodi.

En busca de la narrativa correcta
Este proceso en el que se redescubrió como director, pero también como un maestro en la actuación frente a sus protagonistas, Luna vivió con Abel una etapa de gestación afortunada.

El realizador concibió un mundo ideal para que los dos niños empezaran a interpretar y encontrar diversión en ello. Trabajó con ellos seis meses sobre los personajes, luego la película se filmó en orden, los dos niños no conocían el guión, iban descubriendo por las mañanas el trabajo del día.

“La película es también un homenaje a la actuación, a lo que yo creo que sé hacer, el niño hace un personaje que luego interpreta a otro personaje, se pierde en ese otro personaje y ya no puede regresar”, cuenta Diego Luna, que a sus 30 años ha actuado en unas 40 películas, entre ellas Y tu mamá también, Nicotina, Open Range o Mi nombre es Harvey Milk.

Aprendizaje es una palabra que redefinió Diego en este proceso que hoy camina solo y que llegará a las salas mexicanas el próximo 28 de mayo, sobre todo porque tuvo que encontrar el código correcto para llegar a un par de niños en los que pudo verse reflejado, ya que él mismo inició su carrera como actor cuando sólo tenía seis años. “Cuando logras interesar a los niños, hay una frescura, una cualidad en la interpretación que no encuentras en nadie más, algo que los actores pasamos mucho tiempo debatiendo, esa capacidad de abstraernos que en ellos es natural: en un segundo se creen que una almohada es una persona, lo viven y lo sienten y eso es actuar”.

Luna superó el reto, sobre todo porque logró caminar de la mano de esos niños no actores que lo sorprendieron gratamente en el desarrollo del rodaje. “Fue un trabajo para mí aprender a comunicarme con un niño, tratar de dejar la cosa formal y los tecnicismos a un lado, volverme un niño y jugar con él. Era importante encontrar el lenguaje en cuestión de imágenes para contar la historia, y pasé mucho tiempo trabajando, porque en el documental de Chávez me encontré con que no tenía una línea clara y lo descubrí cuando estaba editando”.

Si bien reconoce que fue más sencillo filmar con niños que con boxeadores, ahora Diego Luna tiene claro su siguiente proyecto, una nueva ficción, pero antes se enfocará en el mejor de sus proyectos: “tengo un nuevo hijo que viene en mes y medio, y esto sí es algo real,  me voy a aislar después de la promoción para ser papá”.

* Buenos “Charolastras”. Gael García, quien en esta edición funge como presidente del jurado de la Cámara de Oro, apoyó a Diego y acudió a la proyección en el Palacio del Festival.

“Nos gusta esta película que es de una calidad magnífica y la recepción de esta noche probó que el filme gustó mucho”
Thierry Fremaux, delegado general del festival de Cannes.