GUADALAJARA, JALISCO (31/ENE/2017).- John Hurt no fue nunca una superestrella y es un gran ejemplo de cómo los actores de verdad no necesitan serlo. El 22 de enero pasado cumplió 77 años y este sábado 28 de enero murió, al parecer, por razones vinculadas al cáncer de páncreas, que se le diagnosticó en 2015.Lo que sorprende con actores como él es que el público los reconoce al verlos, pero jamás son los primeros cuando uno habla de las estrellas. Sin embargo, la industria a la que dedicó su vida está de luto por él, pues le reconoce no sólo un gran talento, sino el tipo de legado que demanda respeto: su constancia, su versatilidad, su magisterio técnico y, sobre todo, un carisma que hace que el espectador aprecie al intérprete sin perder atención sobre el personaje.De la fantasía más artificial al realismo más sobrio, del Doctor Who (donde fue el War Doctor) a Harry Potter (hizo al artesano de varitas Ollivander), pasando por Calígula (en la serie Yo, Claudio) o Rey Lear (fue el Bufón en una película de TV de Laurence Olivier), los 60 años de carrera de John Hurt están repletos de actuaciones brillantes, pero nunca estridentes.1.- El monstruo que era un hombreLa película de David Lynch, cuyo cine es habitualmente crudo y grotesco, es uno de los mejores ejemplos de que este director domina el realismo con gran poder para conmover al espectador. Pero en la cinta de 1980, junto a actuaciones como las de Anthony Hopkins, Anne Bancroft o John Gielgud, aun la contenida dirección de Lynch se rinde al inolvidable trabajo de John Hurt.La película narra el drama de John Merrick (en realidad se llamaba Joseph), un hombre deformado por una cruel condición genética y cuya vida ha sido la de un fenómeno de circo. La historia contrasta su inteligencia y su nobleza de carácter con la hostilidad e intolerancia del mundo. Bajo kilos de maquillaje y obligado a un agotador trabajo físico, el actor consigue dibujar a un hombre de maneras corteses y delicadas.2.- El funcionario desnudoSi el público empezó a interesarse en Hurt con su papel en Un hombre para la eternidad (1966), fue esta película para televisión de 1975, The naked civil servant, la que lo confirmó. Ganó el primero de sus tres premios BAFTA con este trabajo, una autobiografía novelada del excéntrico escritor inglés Quentin Crisp. Entre su encantador retrato de este homosexual y travesti, el trabajo de Hurt pone de relieve su valentía contra el puritanismo y el esfuerzo de quienes pelean por respeto para su identidad.3.- El primer huésped del monstruoCualquier aficionado a la ciencia ficción recuerda este hito del cine de horror: el pobre Kane convulsiona durante la cena, sus compañeros deben ponerlo sobre la mesa y, de repente, una cosa que nunca había aparecido en una película le hace explotar el pecho. El trabajo del director Ridley Scott, “Alien” (1979) con su elenco de primera línea es un éxito por plantear la atmósfera ideal para que temamos a los hoy tan famosos extraterrestres xenomorfos. John Hurt es esa primera víctima que nos dice que, si no somos la teniente Ripley, estamos condenados.4.- El ciudadano contra el EstadoEl director Michael Radford adaptó “1984”, de George Orwell con John Hurt en el papel de Winston Smith, el ciudadano que rompe la ley al enamorarse e intenta escapar del Gran Hermano. Orwell construye una parodia del fascismo, muy difícil de adaptar al cine; lo mejor logrado en la película de Radford es, sin duda, el trabajo de Hurt: de nuevo su discreta presencia, la sencillez con que se pone en la piel de un obediente burócrata, más avergonzado de su delito que orgulloso de su rebeldía.5.- El drogadictoEn “Expreso de medianoche” (1978) de Alan Parker, el actor Brad Davis da vida a la víctima principal de una violenta prisión, con base en una historia real, pero dos de sus compañeros de cárcel, Randy Quaid y John Hurt, se roban el show. Hurt es Max, un arruinado adicto que es capaz todavía de un poco de solidaridad; su suerte en la película todavía pone la carne de gallina a los espectadores.6.- Trabajos de doblajeHurt también se ganó la vida gracias a su talento con la voz, en películas de animación y producciones dramáticas para la radio. Tenía un amplio rango de timbres y era capaz de ofrecer lo mismo una regia oratoria shakesperiana —que luego le servía para papeles como el Canciller de V de Venganza— que simpáticas voces infantiles. A menudo se recuerda que en la cinta animada de El Señor de los Anillos (de Ralph Bakshi, en 1978) dio voz a Aragorn, pero también fue una “voz en off” para la serie de la BBC Merlin o para la película de Lars von Trier, “Dogville”.