Entretenimiento | La fumigación es para evitar la presencia de animales roedores y de plantas colonizadoras Se realizará una limpieza en zona arqueológica de Teotihuacan El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizará una fumigación a la Zona Arqueológica de Teotihuacan con el objetivo de conservar sus instalaciones Por: NTX 14 de agosto de 2008 - 15:43 hs CIUDAD DE MÉXICO.- Todos los monumentos existentes en la Zona Arqueológica de Teotihuacan, desde 1994 son objeto de una labor de conservación permanente, en la que se incluyen acciones para eliminar las plagas animales y vegetales. Además de coadyuvar a la preservación de este patrimonio cultural, permiten que "las pirámides luzcan siempre limpias". Por medio del Programa de Prevención de Plagas en Zonas Arqueológicas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realiza la fumigación y deshierbe manual y químico. Lo lleva a cabo para evitar la presencia de animales roedores y de plantas colonizadoras en las estructuras prehispánicas de los 117 sitios de este tipo, abiertos al público en el país. Pablo Torres Soria, especialista de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), informó que como cada año, este esquema preventivo se aplica en la Zona Arqueológica de Teotihuacan, -una de las de mayor afluencia de visitantes en el país, con más de cuatro millones al año-. Allí, tras haberse contrarrestado la presencia de tuzas hace un par de años, se continúa con el control de la maleza que periódicamente aparece sobre las estructuras del centro ceremonial y en aquellas que hay en los antiguos barrios de Tetitla, Atetelco, Tepantitla y La Ventilla. El biólogo detalló que en lo que respecta a la fauna nociva para el sitio arqueológico, las tuzas y las ardillas de tierra, han sido de los principales roedores que en el pasado afectaban principalmente a las estructuras de la Ciudadela y La Ventilla. "Estos animales suelen hacer túneles por debajo de los edificios prehispánicos para hacer sus madrigueras, sin embargo por tratarse de basamentos rellenos de piedra y adobe, no era posible subir a éstos porque se colapsaban al estar prácticamente huecos", agregó. "Luego de varios estudios, se logró determinar una sustancia que permite ahuyentarlas, y de esta forma se logró erradicar esta plaga en 2006. Además se capacitó a personal de la zona arqueológica que realizan esta tarea constantemente y de tal manera se da continuidad a estas acciones preventivas", indicó. No obstante, una de las plagas que es más difícil de controlar, es la de índole vegetal. Plantas vasculares, fanerógamas (hierbas, arbustos, árboles) y criptógamas (helechos, musgos, líquenes), todas ellas suelen nacer y colonizar sobre los monumentos arqueológicos. Torres Soria, adscrito al laboratorio de Biología de la CNCPC, detalló que hay más de 170 especies de hierbas perennes de raíces profundas, que suelen nacer cuando las semillas son dispersas por acción del viento y quedan depositadas en pequeños resquicios de los edificios prehispánicos. "Aun cuando sean retiradas por medio del deshierbe manual, la cepa queda en el interior de las estructuras y vuelven a nacer, de tal manera que esta actividad se hace rutinaria y no erradica el problema de raíz", aseveró el experto. Precisó que aunado a ello, se suman otras 75 especies de pequeñas hierbas que anualmente aparecen en temporada de lluvias, aunque de raíces poco profundas. Ante tal situación, -continuó-, se recurre al deshierbe químico, mediante la aplicación de herbicidas no contaminantes, consistentes en soluciones que reaccionan por medio de la fotosíntesis y que son absorbidos por las plantas a través de las hojas. "De esta manera se mata a la maleza de raíz", comentó el asesor en la materia. Añadió que otra de las especies de flora que afecta al patrimonio arqueológico, son los árboles o plantas de raíces leñosas, que pueden llegar a destruir los materiales constructivos de la base de los monumentos. "En Teotihuacan, particularmente en La Ciudadela y La Calzada de los Muertos, podemos encontrar especies como el pirul, el tabaquillo y el tepozan, que desde años anteriores se han estado controlando para que no afecten las estructuras prehispánicas", precisó. Para que la acción de los herbicidas sea eficaz, éstos son aplicados bajo condiciones climáticas especiales: por las maÑanas, que no esté nublado, que no llueva y que no haya viento. En la Zona Arqueológica de Teotihuacan, esta labor se realiza dos veces al año, en los meses de abril y mayo, y de julio y agosto. En días pasados, Torres Soria también brindó asesoría a conservadores de la Zona Arqueológica de El Tajín, en Veracruz, para el adecuado control de la flora nociva. En años pasados además capacitó al personal de los sitios del área maya, en los estados de Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. "En estos lugares del sureste mexicano, la problemática es distinta por la condiciones ambientales de la región, donde por la abundante humedad se presenta el crecimiento de plantas algares que se observan en forma de manchas y costras negras, fuertemente adheridos a la superficie de los templos prehispánicos, que también se controlan con metodologías similares", concluyó el especialista. Temas INAH Arqueología Zonas Arqueológicas Teotihuacán Lee También ¿Quién es la mujer que está a punto de descubrir la tumba de Cleopatra? 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