Pambo domina la pelota y la música

Sus compases musicales se mueven con la suavidad de Cristiano Ronaldo en la cancha. La potencia de su voz es similar a la fuerza que tiene Beckham para patear el balón. Su alegría sobre el escenario recuerda a Giovanni Dos Santos recorriendo la cancha. Así es Pambo, y desde su debut, ha estado en lo más alto de la “tabla general” del pop.

Un recuento rápido de lo que ha logrado con Poprocks confirma a Pambo como una de las mayores promesas de la música en la actualidad. Sus sencillos, "Tras nubes", "Perdón" y "Nada" que decir, se apoderaron de las preferencias en el radio. Fue invitada a abrirle la gira a Avril Lavigne en México y nominada por MTV Latinoamérica en su última premiación como Mejor artista nuevo. Incluso ha logrado poner un pie en el cine, colaborando en el soundtrack de películas como Cansada de besar sapos, Drama/Mex y Niñas mal.

Con poco tiempo libre en su agenda, aprovecha para hablar con EL INFORMADOR sobre sus nuevos planes, entre ellos, su participación en el disco tributo a Juan Gabriel, Amo al divo de Juárez, con el tema Caray.

¿Por qué aceptas participar en el tributo a Juan Gabriel?
“La propuesta llegó por parte de la disquera y me encantó. Tenía muchas ganas de hacer la canción Caray porque la cantaba desde la prepa. Me identifico mucho con el tema, y en vivo lo disfruto muchísimo”.

Dicen que algunas canciones son hechas a la medida para algunos cantantes. ¿Sentiste eso con “Caray”?
“De alguna manera. La esencia de Juan Gabriel permanece, pero también sabrán de inmediato que soy yo quien la interpreta. Aparte de que yo elegí esa canción rápido porque no quería que me la fueran a ganar (risas)”.

“Poprocks” ha sido una revelación en ventas e impactos, ¿qué tan satisfecha te sientes?
“Mucho. Siempre tuve claro que no quería ser de esas artistas que sacan un disco, pegan una canción y desaparecen. Admiro a Miguel Bosé, Aleks Syntek, Shakira, Café Tacvba. Gente que se ha construido poco a poco, a base de talento. Y cuento con la identificación que la gente logra al escuchar mis canciones me ha dotado de gran confianza”.

¿Te “cayó el veinte” de que tu música le pinta sonrisas a fanáticas, a veces le cambia el día y el modo a la gente?
“Sería muy ególatra de mi parte decir que eso ocurre nada más con mis canciones. Creo que esa es la función de cualquier artista y tema, por eso hay quienes nos dedicamos a esto, para cambiar momentitos. Para musicalizar instantes”.

¿Te ha llegado a sorprender la respuesta del público?
“Hay una anécdota que lo demuestra. Una vez tuve que cancelar un concierto en El Salvador porque me puse muy mal de la garganta. Mal, mal. Así subí un video a mi página para que vieran y para pedir disculpas. Al otro día, mi correo y el Myspace estaban llenos de recetas, desde qué medicinas usar hasta remedios de la abuelita. ¿Que más puedo pedir?”

Con todo lo que ha pasado en tu carrera, ¿todavía sientes que tienes “las riendas” de lo que sucede en ella?
“Sí, de hecho ahora más que antes. Al principio no sabía cómo afrontar el subir a un escenario, el contestar en una entrevista, cosas que ahora puedo hacer sin preocuparme. Tengo fuerza para ‘domar’ esta carrera (risas). No importa que se ponga más grande”.

Navega: www.myspace.com/pambou



Tiempo extra

Mucha gente no lo creería hasta verla en acción, pero Alejandra Ruiz Ocampo escogió su nombre artístico por su pasión por el futbol: Pambo.
Tras cambiar su calzado por uno más deportivo, sale al camellón de una avenida para demostrar que es tan buena con la pelota como con el micrófono.
Además de la música, ¿qué otras cosas haces en tu tiempo libre?
“Escribo, es una necesidad hacerlo. Y practico futbol”.
¿Te animas a dominar esta pelota?
(Observa la pelota) “Le falta aire, está medio ponchada. Haber si no se me cae al suelo”.
Si le pegas un pelotazo al fotógrafo no hay problema
“¡Ah!, okey (risas). Entonces vamos”.

1.- Con elegancia, la cantante pisa el balón.
2.- La primera, sin perder la postura y con frialdad.
3.- La segunda estuvo cerca de caer, pero alcanzó a recuperarla.
4.- Para la tercera dominada, se dio el lujo de pegarle con el empeine.