Martes, 21 de Mayo 2024
Entretenimiento | Un actor que le ha sabido exprimir los mejores momentos a su carrera

No hay límite para Gustavo Rojo

Un actor que le ha sabido exprimir los mejores momentos a su carrera

Por: EL INFORMADOR

Para Gustavo Rojo, el teatro ya no es una profesión, sino una esposa. EFE /

Para Gustavo Rojo, el teatro ya no es una profesión, sino una esposa. EFE /

GUADALAJARA, JALISCO (13/SEP/2013).- Su acta de nacimiento dice que tiene 90 años. La actitud es la de un niño ansioso ante la vida. Gustavo Rojo rompió reta a la vida misma demostrando que el talento y la lucidez no dependen del cuerpo, sino del corazón.

Para él, el teatro ya no es una profesión, sino una esposa. Una muy celosa y demandante. Para él, no hay papeles imposibles, todo es deseable, siempre que se haga con la paciencia necesaria. Para él, la despedida de los escenarios puede estar muy cerca. O no.

En entrevista con EL INFORMADOR, Rojo se define como un actor que le ha sabido exprimir los mejores momentos a su carrera. Una a la que todavía le queda mucho jugo.

Eterno seductor

Un galán siempre es un galán. Podrá ya no ser su versión ni primaveral ni otoñal, pero Gustavo Rojo es uno de esos hombres que lleva en el ADN la etiqueta de seductor.

De sangre española, nacido en un barco en el Océano Atlántico, criado en Uruguay, formado en Cuba y arraigado en México, Gustavo Rojo es un hombre que aprendió, desde muy joven, que la vida es una aventura donde las maletas deben de ser ligeras.

Lejos de aferrarse a la imagen de estrella de la televisión, Gustavo presume sus canas y arrugas. "He sido muy feliz en mi carrera", afirma, antes de abrocharse los botones del saco. Acepta la entrevista con este medio. "Nomás háblenme fuerte, porque aquí hay mucho ruido, y  casi no oigo", confiesa en cortito.

El "aquí" es el lobby del Teatro Diana. La entrevista se da apenas termina la prolongada rueda de prensa donde los actores de 12 hombres en pugna dieron los pormenores sobre la puesta en escena, que esta semana se presentó en el Coloso de avenida 16 de septiembre. "Esta obra es un manjar. Es una comedia. Una denuncia al racismo, a la explotación a la falta de humanidad. Pero también una comedia, con ingenio, gracia. Tiene un poco de todo. ¿Cómo decirle que no?".

No siempre fue así. Gustavo Rojo alguna vez no supo decir que no a los malos papeles. Le llegaban tantas ofertas y era tanta el hambre de figurar, que a veces no distinguía de las perlas, o "garbanzos de a libra"; que bodrios que preferiría olvidar. Sin embargo, en la balanza de la vida profesional, considera que el equilibrio tiende a ser positivo.

Rojo tiene menos de 10 minutos para dar la entrevista y partir a su siguiente actividad. La edad no disminuye el ajetreo en su vida. No se queja. Lejos de ser un artista en decadencia, se siente en su cenit. A fin de cuentas, un galán siempre es un galán.
 
- ¿Cómo seguir enamorando a esa novia celosa, llamada teatro?

 "Yo ya no la llamaría novia, porque hace mucho tiempo que dejó de serlo. La actuación es mi esposa, una pareja que me conoce. Donde la intimidad y la confianza lo son todo.

 He hecho cine. He hecho televisión. Pero siempre regreso al teatro. Es un ejercicio maravilloso, revitalizante. Pasar tiempo lejos de ella (habla ya del teatro como una mujer) es muy duro. Te demanda. La extraño. Es una relación hermosa".
 
- ¿Qué personaje lo marca?

 "He hecho muchos, de todo tipo. No me encasillo, jamás. He hecho el mejor cine, y también he aceptado papeles bastante malos en proyectos que preferiría olvidar, pero allí están. He trabajado en los principales escenarios de México, Perú, Estados Unidos y hasta Alemania, para lo que, por supuesto, aprendí el idioma.
 Tengo papeles tan serios, como el que ahora hago en 12 hombres en pugna, pero igual, antes hice La jaula de las locas, una obra maravillosa. He tenido la oportunidad de hacer de todo".
 
- ¿Qué sigue después del proyecto de "12 hombres en pugna"?

 "No lo sé. Lo estoy disfrutando mucho. No me molestaría si fuera el último, sería una forma de terminar mi carrera con broche de oro. He hecho lo que he querido, he disfrutado, he gozado, he sufrido. Pero sé que tarde o temprano se tiene que terminar. Claro, a menos de que llegue otro proyecto igual de bueno, entonces, ¡aquí me van a tener!".

 Gustavo Rojo como...

 *Hijo: La vena histriónica le llegó por su mamá, Mercedes Pinto, actriz y poetisa. Su papá, Rubén Rojo Martín, fue abogado y diplomático.
 
 *Amigo: En 1948 hizo la película Tarzan y las sirenas, donde desempeñó el papel de Tiko, un secundario muy amigo del rey de la Selva.
 
 *Hermano: Fue un hombre apegado a Rubén, su hermano, quien falleció en 1993 y a quien consideró durante toda su vida como el "cómplice perfecto".
 
 *Abuelo: Tienen cinco nietos, los más conocidos, nacidos de Ana Patrcia Rojo, su hija y quien perpetúa la tradición familiar.
 
 *Amante: La peruana Carmen Stein es el grana amor de su vida. Se casó con ella en 1972. Antes, tuvo un sonado y malogrado romance con Silvia Pinal, de quien guarda gratos recuerdos.
 

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