Harrison Ford expone sus preferencias

LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS.- Personajes como Harrison Ford se dan rara vez en el cine. Su carisma arrollador es una garantía de una buena taquilla, aunque él prefiere tener los pies en la tierra. De hecho, no le cuesta dejar el papel protagonista cuando es necesario, convirtiéndose de repente en un “suplente de lujo”.

Ejemplo de esto es la película Medidas extraordinarias, cinta para la que dejó el papel principal de duro padre de familia a Brendan Fraser, mientras que él se contenta con encarnar al científico que encontrará una medicación contra la glucogenosis tipo II, más conocida como enfermedad de Pompe.

Ford empezó tarde en esto del cine y tal vez por eso no aparenta sus 67 años. Eso sí, tiene arrugas y lleva su pelo canoso algo alborotado, quizá, para ocultar cierta alopecia. Vestido con un saco y una camisa azul, rompe su imagen formal con un arete en la oreja izquierda.

Atracción europea
Actualmente Harrison Ford se encuentra de promoción en España y sabe cómo hacer rendir su tiempo. Advierte, por ejemplo, que la rueda de prensa sólo durará 25 minutos y en ese tiempo alcanza a responder no más de cuatro preguntas.

Asegura que le gustaría hacer cine en España, pues conoce bien a los directores de la Península Ibérica: “He visto películas de Buñuel, Almodóvar y las he disfrutado mucho”.
De una probable cinta de Indiana Jones V, aseguró que sin una buena historia no repetirá, aunque desde luego está disponible. Y entre sus dos personajes más conocidos, tuvo claro cuál es su elección: “Siempre pensé que Indiana Jones era más interesante que Han Solo. Además, me gustaba más su traje”.

Empieza la charla y Ford necesita su tiempo. Por ejemplo, ¿cómo se mete él a preparar durante seis años un filme que ni siquiera protagoniza? “Era la oportunidad de hacer un personaje diferente, que no coincidiera con las expectativas que la gente tiene conmigo”.

Otra pregunta que se le hizo al actor fue referente a qué tanto puede mover el dinero la industria cinematográfica estadounidense, a lo que respondió que “la realidad es que el cine es pura economía. En los estudios se calcula el material, el guión, como un elemento más de una ecuación cuya solución sea la rentabilidad del filme, para que los inversores recuperen su dinero. Si tú buscas un proyecto específico, debes meterte en la producción para levantarlo. Así abro puertas y amplío oportunidades. Si además triunfa en taquilla, genial. Aunque cada película funciona de diferente manera según el país”.

Ford explicó que en Hollywood todavía se encuentran grandes talentos que no trabajan bajo la mentalidad de convertirse en grandes vendedores de boletos, sino en grandes narraores de historias: “La creatividad y la pasión por hacer cine sigue allí. Ha cambiado el entorno financiero: es más duro. Se ha fragmentado el mercado y la gente ve más cine en casa. Se estudia mucho más la demografía. Muy de vez en cuando un filme trasciende esas barreras. Espero que eso pase con mi próximo trabajo, la comedia Morning glory, de Roger Michell”.

“En mi país la cultura actual se centra en taquillazos, en repetir fórmulas de éxito. Sé que he hecho películas así, y espero seguir en ellas, pero de vez en cuando me gusta cambiar”.