Gestar proyectos es su especialidad

MORELIA, MICHOACÁN.- “Por pura fe e inconsciencia me encarrilé en esa aventura que se llama cine”, quien habla es el productor, director y guionista Roberto Fiesco, que ayer presentó en la Plaza Juárez el documental  La transformación del cine en música, como parte de las actividades del Festival Internacional de Cine de Morelia, que desde el 3 de octubre se lleva a cabo en la capital michoacana.

La mitad del mundo, un largometraje mexicano en competencia también es parte de su currículum,  sin olvidar que la película Rabioso Sol, rabioso cielo de Julián Hernández, ganadora del Teddy Bear en Berlín que será exhibida este viernes en Morelia, es otro de sus trabajos detrás de cámaras, al igual que el montaje de la exposición de Fanny Cano y el corto El sótano que también será presentado al público en este encuentro.

Por lo anterior es que Fiesco destaca en una industria complicada como lo es el Séptimo Arte en México, pues desde sus debut en la producción en 2003 con Mil nubes de paz cercan el cielo, amor jamás acabarás de ser amor al menos ha desarrollado dos cintas por año.
En entrevista exclusiva con este diario, Fiesco comparte un poco sobre lo que significa su trabajo.

-¿Cómo es que te haces de trabajo siendo productor?
-Pienso que es consecuencia de que en 1998 no s propusimos filmar la cinta Mil nubes de paz cercan el cielo, amor jamás acabarás de ser amor de Julián Hernández que al principio se pensó como un corto, en 16 mm y en blanco y negro, sin embargo en el proceso, que nos tomó cinco años, terminó siendo un largo que se estrenó y que ganó en Berlín, y fue justo en 2003 cuando cambió mi vida por completo, porque gracias a esa película sigo haciendo cine, al grado que desde entonces al menos produzco dos películas anualmente.

-Se ha dicho que el cine es de los directores, pero también de los actores y hasta hace poco se ha buscado reconocimiento para los guionistas, ¿qué pasa con los productores?
-El productor a veces es el propio gestor del proyecto, y en otras ocasiones el productor se suma a un director-guionista, un caso típico en el cine mexicano contemporáneo, esto luego de ser seducido por un guión. En mi caso se ha dado de las dos maneras, aunque debo aceptar que para hacer cine la necedad y la necesidad te guían, y curiosamente nunca he tenido que tocar una puerta para trabajar.

-¿Cómo es eso, los trabajos llegan a ti sin buscarlos?
-Sí. Supongo que se debe a una serie de casualidades, y a que sólo tienen que ver con mi trabajo, creo que me he desempeñado de un manera honesta, aunque suene a lugar común, y a que me sumo a proyectos en los que creo, nunca he trabajado en alguna producción en la que no me sienta identificado o que me represente un reto, especialmente en las películas en las que parece que no habrá un quinto para financiarlas y que al final luzcan como si hubieran tenido un gran presupuesto debido a su calidad.

-¿Qué parte de la producción es la más placentera?
-A decir verdad cuando las películas están terminadas. Sobre todo en sus primeras exhibiciones, aunque los rodajes también los disfruto. Un buen ejemplo de la parte más placentera es cuando se han exhibido las películas de Julián Hernández, que las tres se han estrenado en Berlín, y tengo que decir que nunca habíamos ido a ningún festival, ni siquiera a Guadalajara, fue fabuloso y mágico, quizá porque éramos unos chavos inocentes en esta industria.

-¿Cómo consideras el momento actual del cine mexicano?
-Vivimos una especie de espejismo, porque los estímulos fiscales han permitido más producciones que ayudan a que se consolide la realización en nuestro país, sin embargo  los estímulos son cada vez más complicados.  Y aunque es muy bueno que el Estado apoye, también es cierto que necesitamos establecer esquemas de producción, porque tienen sus limitantes en cuanto a sus temáticas, no apoyan a todos.

EL INFORMADOR/ Altagracia Lizardo Medina

POR CIERTO
La cinta Flor de fango, de Guillermo González, con actuaciones de Odiseo Bichir, Claudia Ramírez y Ernesto Gómez Cruz es uno de sus proyectos actuales.