Entretenimiento | Clausura del Festival Cultural de Mayo 2008 Adiós, Alemania: bienvenido, Japón La interpretación de Turban valió la noche. Ingolf justificó con creces su calidad de estrella de primera magnitud en la actual constelación artística de Alemania Por: EL INFORMADOR 6 de junio de 2008 - 23:07 hs El violín de Ingolf Turban hipnotizó a la concurrencia. Su interpretación del Concierto para violín, de Mendelssohn, en el postrer programa del ciclo, anoche en el Teatro Degollado, fue un digno corolario, un brillante broche de oro de la undécima edición del Festival Cultural de Mayo. Fue, también, un marco espléndido para el anuncio de que Japón será el invitado de honor en la próxima edición de este evento que, por lo visto, ha enraizado en el gusto del público y adquirido carta de ciudadanía. La prueba más fehaciente: la sala llena y el entusiasmo con que la concurrencia recompensó a Turban, primero, y a la Orquesta Filarmónica de Jalisco y a su director titular, Héctor Guzmán, al final de la sesión. La interpretación de Turban valió la noche. Ingolf justificó con creces su calidad de estrella de primera magnitud en la actual constelación artística de Alemania. Pulcra, translúcida, inspirada —magistral, en una palabra—, su interpretación de Mendelssohn fue de antología. La expresividad del alegro molto apassionato, la intimidad del andante, los virtuosismos del allegro molto vivace le ganaron una cálida ovación. Turban correspondió con una deliciosa página para violín solo, generosa en complejidades interpretativas, propicia para los alardes de virtuosismo, de las predilectas de Paganini para fortalecer la leyenda del pacto con el diablo. La obertura “Der Freischütz”, de Weber, con que se abrió el programa, no siempre tuvo la brillantez deseable. La Segunda Sinfonía de Brahms con que se epilogó, tuvo momentos rescatables. Aunque el público, entusiasmado, atropelló con sus ovaciones los compases finales, la misma OFJ ha tenido ejecuciones más plausibles de la misma obra. La de anoche tuvo imperfecciones perfectamente perceptibles para los oídos educados: desmesura en el sonido —muchos fortes, pocos pianos—, especialmente en el adagio non troppo, y frecuentes desequilibrios a favor de los metales y en detrimento de las cuerdas. Había llovido. Era la noche ideal para soñar con el sonido del violín de Ingolf Turban... Temas Música Artes Conciertos Festival Cultural de Mayo Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones