Martes, 23 de Abril 2024

Emiliano Zapata: 5 datos para saber del caudillo de la Revolución

En el centenario de la muerte del personaje legendario, presentamos una serie de lugares y anécdotas destacados

El Informador

Con información de EFE y NTX

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Chinameca, donde murió Zapata y nació su mito

El lugar que concentra mejor que ninguno el sentimiento zapatista es lo que queda de la hacienda de Chinameca, en Morelos. Ahí el caudillo cayó abatido a balazos por la espalda por los hombres del general Jesús Guajardo, de las fuerzas gubernamentales

En este lugar, el 10 de abril de 1919, a las 2 de la tarde, murió Zapata y nació su mito.

La emboscada fue preparada por Guajardo por órdenes del general Pablo González, quien lo envió a fingir una deserción para unirse al "Caudillo del Sur" para traicionarlo y asesinarlo. Para ganar su confianza le regaló al caballo llamado "As de oros".

La exhacienda es hoy el Museo del Agrarismo de México.

Bajo el arco del inmueble, un Zapata a caballo marca el lugar donde se cree que cayó muerto el general.

Balas de la desobediencia

En la parte superior de lo que era el portón de la exhacienda aún se ven varias marcas de disparos ocurridos ese día histórico. 

NTX/G. Durán

Concepción Abundo, trabajadora del Museo del Agrarismo, dijo a Notimex que, de acuerdo con los relatos populares, esas balas se deben a que algunos de los soldados de Guajardo se negaron a seguir sus órdenes.

"Eran militares, tenían entrenamiento y el tino, dicen que había personas que no querían asesinarlo porque ya habían escuchado que el general Zapata era un ícono en esa época, ya era muy respetado por muchas personas; se dice que había personas de la misma gente de Guajardo que no querían matarlo", comentó.

La escultura del revolucionario en el lugar en el que fue asesinado, en Chinameca. EFE/T. Rivera
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Una hacienda conocida

La población de Chinameca y, al fondo, la hacienda homónima. EFE/T. Rivera 

Vicente Alonso fue uno de los hacendados más importantes que estuvo en el estado de Morelos, dueño de varias propiedades, incluyendo la de Chinameca.

"El dueño de esta hacienda, era dueño de 35 mil hectáreas alrededor de ella, entonces, fue una de las primeras haciendas que toma Emiliano Zapata, junto con los campesinos, para poder devolver las tierras a los dueños originales", dijo Concepción Abundo.

La trabajadora del Museo del Agrarismo contó que Alonso y Zapata eran enemigos, pues el primero se estaba apoderando de las tierras de los campesinos y también estaba esclavizándolos para que trabajaran esas tierras en beneficio del hacendado.

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Símbolo del reparto agrario

La casa donde nació, en Anenecuilco, que actualmente forma parte de un museo. NTX/G. Durán

Siendo un niño de 8 años, en su casa de Anenecuilco (donde nació el 8 de agosto de 1879), Emiliano Zapata presenció la injusticia del hacendado contra el pueblo campesino. "Aquí presenciaron a muy corta edad cómo su padre fue despojado por el hacendado", relató a EFE su bisnieto Édgar Castro Zapata.

Su casa en Anenecuilco fue construida por el abuelo Estanislao y en ella, el Caudillo del Sur creció con sus nueve hermanos, siempre bajo la mirada de sus padres.

"Su padre, Gabriel, les dio, les transmitió, el trabajo", contó su descendiente.

Cerca de allí se puede reconocer el antiguo esplendor de la hacienda El hospital, la cual fue tomada por Zapata al inicio de la Revolución de 1910 para repartirla entre los campesinos, lo que lo convirtió en símbolo del reparto agrario.

En esta hacienda había un túnel para transportar caña de azúcar, "un escenario de los pasos desconocidos de Zapata", una ruta que el general conocía bien y que usaba como salida alterna para esconderse de las tropas oficiales, indicó su bisnieto.

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Respeto ganado

Reconocido por la frase "Tierra y Libertad", Zapata refleja mejor que nadie el espíritu de la lucha agraria. Su rechazo a sentarse en la histórica Silla Presidencial del Palacio Nacional, contrario al general Francisco Villa, que sí la ocupó. Rechazó recibir tierra a cambio de abandonar su lucha. Y todo ello lo distinguió de otros líderes revolucionarios que se mostraron más ambiciosos.

Se dice que era desconfiado, que le gustaba el baile, los caballos y, desde luego, los atuendos de charro que lucía con gesto adusto en fotografías junto con el sombrero tradicional.

Sobre su carácter, su nieto Isaías Manuel Manríquez Zapata contó que siempre fue serio, incluso, parecía siempre enojado, pero le gustaba jugar con los niños; era una persona atenta y amable que a toda la gente del pueblo trataba con respeto, sin importar su condición económica.

Edgar Cortés Zapata (i), bisnieto de Zapata, y Julieta Ana María Manríquez Zapata, Isaías Manuel Manríquez Zapata, nietos del revolucionario. NTX/G. Durán

"Cuando había un remanso de paz y le decían `jefe, en tal punto vamos a reunirnos´, el preguntaba: `¿qué hay para la comida?, no pues, busquen, lacen un toro y lo preparan´, hacían la barbacoa y le llevaban un plato y tortillas y no lo aceptaba si no al último, siempre se preocupó por su gente", dijo.

Comentó que ese respeto y aprecio de los morelenses se vio recompensado en la época de lucha, pues cuando los ejércitos lo perseguían, en las rancherías y pueblos lo ocultaban y defendían.

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Última morada

En el panteón civil de Cuautla, Morelos, todavía se reconoce la cripta en la que estuvieron los restos del general Zapata desde su muerte hasta que fueron retirados para ser llevados al mausoleo en la Plaza Revolución del Sur, situada muy cerca del cementerio.

"Aquí estuvo sepultado el general Zapata y hoy es propiedad privada; tratamos de hablar con ellos para rescatar la fosa, (los dueños) tienen el documento de perpetuidad desde 2003", explicó a EFE René Trejo Espinosa, encargado de la Dirección de Panteones de Cuautla.

El mausoleo "nos da identidad, nos da sentimiento, carácter de seguir en pie de lucha de muchas cosas que nos han dicho y que no se han cumplido", señala el funcionario de panteones al mostrar la vieja tumba donde antes yacía el general.

IM

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