Piden ''más eficiencia'' en el gasto público

CIUDAD DE MÉXICO (14/OCT/2013).- Reducir el gasto y además hacerlo más eficiente es la mejor alternativa para el país. Esa es la receta del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su semanal Análisis Económico Ejecutivo, el organismo de investigación del sector privado afirma que llevar a cabo una reingeniería completa del gasto es la opción para compensar los recursos que dejarían de percibirse en caso de que no pasen algunas propuestas de la reforma hacendaria.

Y sugiere algunos rubros susceptibles de la tijera. Entre estos, menciona los mil 813 millones de pesos que cuesta el informe sobre la revisión de la cuenta pública y los 116 millones de pesos que se canalizan a la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia.

Asimismo, propone la revisión de todos los programas que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha mostrado que son regresivos y que podrían liberar más de 100 mil millones de pesos si sólo se reduce 10% su regresividad.

Para el organismo privado, una reingeniería del gasto implica canalizar los recursos de manera efectiva. Por lo tanto, plantea que ''no sólo es necesario buscar de dónde se obtiene más ingreso, es fundamental reducir el gasto''.

Ello, para que la asignación de recursos sea lo más eficiente y eficaz, y genere el mayor beneficio posible, tanto para la sociedad como para el aparato productivo a través del impulso de la inversión pública, que es un detonador natural de la privada.

El organismo, uno de los más serios en cuanto al estudio de las finanzas nacionales, señala que al discutir la propuesta de la Ley de Ingresos, en la mayoría de las ocasiones comienzan a fluir propuestas como las de incrementar el pronóstico del precio del crudo o el tipo de cambio, lo que sólo generaría un aumento ''virtual'' de los ingresos públicos.

Señala que la posibilidad de que al final la reforma tributaria no genere los ingresos previstos, comienza a preocupar a algunas fracciones parlamentarias, porque podrían verse comprometidas a realizar un ajuste al gasto.

La preocupación radica en seleccionar programas que pueden ser susceptibles de ajuste, pues se tiene la percepción de que todos tienen su razón de ser y de reducirse la asignación de recursos podría tener un efecto negativo para la sociedad.