Viernes, 10 de Octubre 2025
Economía | Precios desproporcionados en compactos y subcompactos

Comprar 60 refacciones es más caro que cambiar de automóvil

El Centro de Experimentación y Seguridad Vial recomienda fijarse en el valor de los repuestos, al momento de adquirir un vehículo

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Según un estudio del Centro de Experimentación y Seguridad Vial de México (CESVI México), en un tercio de los autos compactos y subcompactos más populares que circulan en el país resulta más caro comprarle las 60 piezas más sustituidas por siniestros de tráfico que adquirir un modelo nuevo.

La segunda parte del estudio de Canasta básica de piezas más sustituidas, llamado “Comparativa de precios de refacciones de vehículos más valuados”, establece las bases para definir los potenciales costos de reparación de los autos compactos y subcompactos adquiridos en territorio mexicano, tomando como base los modelos de 4 o 5 puertas con el primer equipamiento de serie que incluya el aire acondicionado, así como el precio de venta al publico sin IVA de las refacciones.

CESVI México analizó en 854 mil incidentes ocurridos en un año la frecuencia de restitución de piezas, encontrando las 60 refacciones más sustituidas, con base en el análisis del 70% de las valuaciones realizadas por compañías de seguros del país.

Con dicha base, el segundo estudio dio como resultado que en el caso de los autos subcompactos en los modelos Clío, Corsa, Attitude, KA y Atos el costo de las 60 piezas más sustituidas tienen un valor comercial superior al 100% del valor económico total del auto. En el caso de los modelos compactos analizados esta situación se presenta para los modelos Caliber, Corolla; Megane II y Astra.

Contrariamente, los modelos que tienen la mejor relación de precio en materia de costo de estas 60 refacciones son, en el caso de los subcompactos Chevy, Ibiza, Tsuru y Pointer, y de los compactos los modelos Beetle, Bora, Jetta y Sentra.

El estudio establece que para el caso de los modelos subcompactos se observa que la diferencia entre el vehículo con el mayor precio de sus 60 refacciones más solicitadas y el menor es de 73 mil 512 pesos, lo que advierte la notable diferencia en los costos de postventa para los modelos. Para el segmento de los compactos la diferencia entre el vehículo con el mayor precio de estas refacciones y el menor es de 205 mil 994 pesos.

Al respecto, Ángel Martínez, director general de CESVI México, afirmó que este estudio es único en el país y resulta fundamental para definir los posibles costos que va a tener un auto una vez que fue adquirido; es decir, puede tener un valor de alta prioridad de decisión para el público consumidor.

“Es fundamental que en México sepamos esta información para que no solamente adquiramos unidades por apreciaciones externas o sin elementos más claros, como lo es el costo de la postventa al momento de comprar una unidad automotriz”, señaló.

Cuando el caldo sale más caro


El estudio, realizado por CESVI México realizó una suma de precios al consumidor de las 60 piezas más afectadas en colisiones de autos que no son declarados como pérdida total. Al comparar esa suma con el precio de la unidad nueva, resulta que alcanzan, incluso rebasan, el precio de la unidad nueva.

Todos los precios procesados, tanto de automotores nuevos como de lotes de piezas originales, fueron de septiembre pasado.

       Modelo    Marca                    Precio del nuevo    Lote 60 refacciones    Dif. (%)
Astra 5 Ptas.    GM                          110,608.70        274,611.25        248.3
Atos        Dodge                                63,391.30        107,436.71        169.5
Ka        Ford                                     62,000.00        85,407.35        137.8
Attitude    Dodge                               90,695.65        124,656.65        137.5
Corsa sedán    GM                            72,521.74        92,632.16        127.7
Megane II S.    Renault                     147,391.30        162,506.87        110.3
Corolla    Toyota                              121,652.17        132,305.24        108.8
Clío 5 Ptas.    Renault                       106,086.96        114,370.58        107.8
Caliber    Dodge                               159,043.48        165,489.60        104.1
Matiz        Pontiac                             84,086.96        82,787.47        98.5
Aveo        GM                                  114,019.13        111,744.49        98.0
Platina    Nissan                                111,913.04        108,833.59        97.3
Fit        Honda                                  149,652.17        144,373.64        96.5
Yaris 5 Ptas.    Toyota                      131,391.30        125,771.71        95.7
Fiesta sedán    Ford                          122,086.96        112,060.68        91.8
Gol sedán    VW                              109,193.91        92,210.66        84.5
Derby        VW                                109,826.09        92,008.82        83.8
Optra        GM                                 147,142.61        123,259.01        83.8
G3 sedán    Pontiac                           121,730.43        101,293.28        83.2
Pointer 5 Ps.    VW                           87,933.04        73,010.43        83.0
Focus sedán    Ford                          155,391.30        110,661.45        71.2
Tiida sedán    Nissan                          144,869.57        96,395.90        66.5
Civic        Honda                              196,173.91        124,800.26        63.6
Sentra    Nissan                                161,913.04        101,997.59        63.0
Tsuru        Nissan                             119,565.22        73,795.99        61.7
Ibiza 5 Ptas.    Seat                          146,086.96        86,644.58        59.3
Jetta        VW                                  140,588.70        77,461.14        55.1
Bora        VW                                  189,554.78        97,469.82        51.4
Chevy sedán    GM                          107,591.30        52,259.71        48.6
Beetle        VW                                160,438.26        68,616.27        42.8
FUENTE: CESVI México.


ANTECEDENTES

Las más requeridas

De las 60 refacciones más solicitadas (la lista completa fue publicada en EL INFORMADOR el 31 de marzo) en la reparación de automóviles chocados en un año el país, las cinco más comunes en un estudio, son: facia delantera (en 34.9% de todos los incidentes estudiados), facia trasera (23.1%), faro izquierdo (21.9%), faro derecho (21.5%), parrilla (20.2%), cofre (19.0%), marco del radiador (15.5%), salpicadera izquierda (15.5%), salpicadera derecha (14.5%) y alma metálica delantera (12.7%).
FUENTE: CESVI México.


La continuidad de la ineficiencia

José Luis de la Cruz Gallegos, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del ITESM

Con el aumento de los precios del petróleo y de la actividad económica, las finanzas públicas mexicanas se encuentran en una situación más favorable que el año pasado. En el pasado mes de enero el sector público recibió 47 mil 200 millones de pesos adicionales a lo percibido en el primer mes de 2009.

No obstante, al mismo tiempo el gasto público también se incrementó en poco más de 10 mil millones de pesos. El Gobierno federal sigue aumentando su gasto corriente, es decir, aquel destinado a los rubros menos productivos tal y como lo sintetiza el hecho de que los servicios personales se sigan elevando: dos mil 100 millones de pesos adicionales durante el primer del año.

Dicha situación se presentó de manera conjunta con un estancamiento en la inversión física: sólo se destinaron 217.8 millones de pesos adicionales a lo aplicado en enero de 2009.

Parece claro que durante los albores de este 2010 el patrón de comportamiento del gasto público adolece de las mismas debilidades que en reiteradas ocasiones se han señalado como ineficientes para la sociedad: creciente gasto corriente y una falta de inversión en aspectos realmente relevantes para el país como puentes, caminos y telecomunicaciones, por citar algunos ejemplos.

En este caso parece que nuevamente no puede argumentarse que ello sea producto de la falta de dinero, los ingresos fiscales y petroleros citados deben permitir un mayor esfuerzo en materia de gasto realmente productivo.

Uno de los problemas de fondo es que el sector público no tiene una capacidad probada en el ejercicio de proyectos productivos distintos a los petroleros, carreteros y de vivienda.

Al igual que en el pasado reciente, tendrán que pasar algunos meses para que puedan ponerse en marcha la mayor parte de los desarrollos en infraestructura, situación que no sucede con el gasto corriente, el cual es devengado sin mayor reparo.

En este punto no debe olvidarse que el aumento en el gasto improductivo se ha generado al mismo tiempo que existe un importante incremento en la inflación. Dado que todo ello fue impulsado por el aumento en impuestos y en los precios de las gasolinas, diesel, gas y electricidad; es decir, por la decisión del sector público de elevar sus ingresos a costa de los consumidores, es imprescindible que el Gobierno mejore el ejercicio y la orientación de su gasto.

Aumentar la eficiencia del gasto debe ser un objetivo prioritario, en el que además de una disminución en el tamaño del Gobierno es necesario que se impulse a la inversión social. Ya no es únicamente el de garantizar que los programas de atención social cubran los requerimientos de corto plazo, también se debe avanzar en la generación de un sistema educativo, de salud y de empleo que sea de calidad y permita que los beneficiarios aspiren a desempeñar una actividad presente y futura bajo la cual alcancen el sustento propio. Ciertamente que el punto de una educación de calidad es una prioridad, pero es algo que no se podrá alcanzar si se continúa con el modelo educativo actual.

No puede negarse que el proceso de mejora debe iniciar a la brevedad, porque cada año que se continúa con el mismo modelo económico y social se traduce en una pérdida de competitividad y de estabilidad social, que en lugares como Ciudad Juárez y Monterrey han llegado a ser altamente preocupantes.

La recuperación económica de 2010 no resolverá los problemas estructurales que enfrenta México: pobreza, falta de competitividad, ausencia de empleo bien remunerado y un crecimiento económico insuficiente, por lo cual debe buscarse un nuevo modelo económico para el país centrado en el desarrollo del mercado interno y en un Gobierno eficiente. De otra manera, la lección de 2009 no se habrá aprendido.

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