México, obligado a golear y gustar

MONTERREY, NUEVO LEÓN.-La exigencia pública y mediática no es algo gratuito. A la Selección Nacional se le reclama un funcionamiento adecuado ante Belice, porque no existe duda de la superioridad que se tiene sobre el rival.

Hay un abismo de diferencias entre el “organizado” balompié mexicano y el carente futbol beliceño, la disparidad es notoria: México cuenta con jugadores de experiencia mundialista, una infraestructura sin igual en Centroamérica y algunos otros sitios, además de tener a elementos de gran técnica que se traduce en buenos sueldos y hasta fichajes en Europa.

El tema del dinero que se mueve en el futbol mexicano o entorno de los jugadores nacionales es quizá, la mayor diferencia entre las selecciones que hoy se enfrentan en el estadio Universitario. Entre los beliceños hay un puñado de futbolistas profesionales que no conocen de sueldos extraordinarios y que gana solamente 100 dólares cada jugador por cada partido disputado. En nuestro país, el profesional del balompié se dedica a entrenar y conservarse pleno para seguir en la Primera División y en este caso, el Tricolor, obteniendo —sólo de viáticos— 200 dólares diarios.

Es así por lo que el intercambio de opiniones respecto de la pobreza con la que vencieron a los centroamericanos en Houston (0-2) subió de tono durante la semana, algo que parece cambiar a unas horas del compromiso.

Todavía hay quienes se aferran al discurso que aprendieron cual oración, en el que aseguran que la victoria (y el pase a la siguiente fase de la eliminatoria) está por encima de todas las cosas. Otros, reconocen que se debe mejorar la imagen que se dejó en la ida.

“Golear, ganar, gustar… las tres cosas, tenemos como prioridad. El equipo tiene la exigencia de hacer un buen partido en nuestro país, ante un rival al que somos superiores, pero debemos demostrarlo en la cancha”, comentó Oswaldo Sánchez, arquero del Tricolor y uno de los hombres con más experiencia en este equipo, la primera gran diferencia entre las selecciones que hoy disputarán el control del balón. “No debemos confiarnos, porque hasta en el barrio, cuando juegas con los más débiles sin la atención debida suele complicarse. Debemos entender que tienes que luchar para conseguir el objetivo, para que así, cuando lo consigas lo sepas valorar mejor”.

El boletaje se ha agotado en las taquillas del estadio Universitario (casa de los Tigres). Carlos Salcido agradece el apoyo manifestado desde antes de iniciado el juego: “Es una buena afición, una de las mejores de México y sabemos que vamos a tener su apoyo, pero también la presión de que quieren goles, ojalá las cosas salgan lo mejor posible para todos”. El defensor del PSV Eindhoven fue uno de los primeros en salir del balompié de nuestro país, una constante en los últimos meses.

Aún cuando es duda para el duelo de esta noche, Gerardo Torrado ha puesto la pauta de lo que tienen que hacer sobre la grama: “Tenemos que acabar lo que se comenzó en Houston y acabarlo bien, ser serios. Todos los juegos son diferentes, tampoco te puedes volver loco. Jugaremos contra un equipo que se mete todo a defender y busca un error de nuestra parte, pero esperamos que ahora se puedan meter más goles”.

Mientras los jugadores dan las últimas declaraciones antes de la vuelta, Jesús Ramírez, técnico nacional, busca las formas y las fórmulas que le permitan abrir a un equipo beliceño que ya ha mostrado lo mejor que tiene y del que no se espera otra cosa, pues finalmente, ya ganaron al llegar a esta instancia de la eliminatoria, pero dadas las marcadas diferencias, México está obligado a responder.