Match

Alguna vez confió que intentaría buscar fortuna en Estados Unidos, porque en México, específicamente en Guadalajara, ya no había futuro en el boxeo, debía asegurar económicamente a su familia.

   Omar “Maestrito” Niño, con la mirada en el infinito y un rictus en su rostro de angustia y desesperación, observaba a través de la pantalla de cristal en pago por ver, una de las diez defensas del campeonato mundial super gallo CMB del legendario Óscar “Chololo” Larios.

   “Me da gusto que ‘Chololo’ siga campeón del mundo, pero me acuerdo que yo empecé primero en el mismo gimnasio, el Olímpico de Julián Magdaleno, mi manager, quien tras su fallecimiento me dejó huérfano, porque era como mi padre, ya no me guió en el boxeo, mi carrera se volvió lenta, y al ver a Larios, sé que yo ya debía ser campeón del mundo”, decía Niño a mediados de 2006, cuando el boxeo estaba sepultado en la televisión abierta mexicana.

“Maestrito”, por técnico, por elegante, por sus combinaciones centelleantes, por sostener su humanidad en la punta de sus pies, un esteta, dijeran los antiguos, estaba designado por los dioses del boxeo para continuar a los “Cobrita”, “Chatito”, sus ex compañeros de establo, y erigirse en titular del planeta. Talento, pero con inyecciones de espíritu de sacrificio, de disciplina, profesional, trabajando para una industria de las artes gráficas, y por las noches entrenando con hambre de gloria y de la otra.

Rafael  “Cobra” Mendoza, prestigioso agente internacional, recibió llamada telefónica de San Diego, para que informara de Niño, si estaba en condiciones de ser retador del temible noqueador hawaiano Brian Viloria, campeón mundial minimosca CMB.

El 10 de agosto de 2006 en Las Vegas, Omar Niño, el “Maestrito” del extinto Julián Magdaleno, lloraba cargado en hombros por Miguel Ángel Rangel, su actual manager, eran lágrimas de felicidad, le había dado la cachetiza de su vida a Viloria, lo gritaban campeón del mundo minimosca CMB, y le quitaba lo invicto al estadounidense. Después con una triquiñuela, la Comisión de Nevada le quitó en el escritorio el cinturón. Omar es otra vez titular, por su boxeo y por justicia, expone contra Gilberto Keb (con quien ya perdió) en Mérida el 6 de noviembre… Y por ahí estaré atisbando.