Hoy se despide Sergio Markarián de Cruz Azul

CIUDAD DE MÉXICO.-En Cruz Azul, gustan por alargar todo. Las contrataciones, el espacio entre sus títulos, vaya, cualquier agonía, y el mismo camino llevaron en el anuncio del fin de la era Markarián.

Ayer, Sergio Markarián salió de su hotel pasado el mediodía. Dijo que sólo esperaba el lugar y la hora para reunirse con la directiva cementera. Una reunión que se trató con carácter de secreto de estado.

Sin un lugar fijo. Lo mismo podía ser en uno de los hoteles del sur de la ciudad que en las instalaciones de La Noria o en las oficinas del corporativo celeste, ubicadas a un lado de Gran Sur.

Mientras Eduardo de la Torre, vicepresidente azul, aseguraba que todo dependía de Markarián, el técnico regresaba la pelota para esperar lo que el presidente Guillermo Álvarez tuviera qué decir en la reunión.

“En esta semana esperamos cerrar esta situación. La propuesta era tener esa continuidad. Esperamos que en la reunión que vamos a sostener tengamos ya su determinación”, dijo el directivo respecto del tema. Pero el timonel mantuvo su determinación de no renovar contrato con La Máquina Celeste.

Por números, Sergio Markarián podría contar mayor mérito a permanecer bajo el timón celeste que sus dos anteriores predecesores.

Porque en el andar, tanto de Rubén Omar Romano como de Isaac Mizrahi con Cruz Azul nunca pudieron llegar a una final, algo que el técnico uruguayo consiguió en apenas un año, con lo que se convirtió en el primer estratega no mexicano en llevar a La Máquina a una final, algo que antes sólo habían conseguido técnicos mexicanos.

No obstante, llegar a dicha meta, Markarián marcó desde el final de la Liguilla su inminente salida.

Lo hizo, primero, al despedirse de todo mundo, apenas terminó el duelo el día de la final que Cruz Azul perdió en la capital ante Santos y lo hizo de manera más tajante, luego de consumarse la derrota cementera en la vuelta en Torreón.

Textualmente dijo, “veo muy complicado seguir”. Y aunque alegó que habría una reunión con su directiva, ésta pareció una opción más forzada de los celestes por retenerlo, que del mismo técnico por buscar continuar en el equipo.

La espera, entonces, sólo es la oficialización de una partida inminente y confirmar que será Benjamín Galindo el encargado de tomar el nuevo proceso, como diría Markarián, de recoger los frutos que él sembró.