Lunes, 24 de Noviembre 2025

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Deportes | Es un hacedor de milagros, desde que logró el primero haciendo campeón de la Copa de Europa de clubes al modesto PSV Eindhoven

Hiddink, un rey Midas al que adoptan muchos países

El presidente ruso Dmitri Medvedev propuso acordar la ciudadanía de su país a Hiddink, tras la histórica victoria ante Holanda del sábado en Basilea

Por: AFP

BASILEA, Suiza.- El técnico holandés Guus Hiddink se ha  convertido en una especie de rey Midas que hace oro todo lo que toca y lo ha  demostrado una vez más al clasificar a Rusia a las semifinales de la Eurocopa,  tras su práctica desaparición de la escena internacional.

Esta hazaña está en la misma sintonía que la conseguida con Corea del Sur,  a la que llevó a semifinales del Mundial-2002, a pesar de que el fútbol del  país asiático no había destacado antes y ha vuelto a desaparecer de la escena  internacional tras la marcha de Hiddink.

El técnico holandés también sacó de la nada, como un mago que hace aparecer  un conejo de su sombrero, a Australia, que siempre caía en la repesca de  eliminación al Mundial con un equipo sudamericano. Tras derrotar a Uruguay, la  llevó a octavos de final en Alemania-2006.

Esos tres logros han hecho que los aficionados al fútbol de estos tres  países le adoren y estarían encantados que aceptara el pasaporte de sus  respectivos países.

De hecho, el domingo, el presidente ruso Dmitri Medvedev propuso medio en  broma y medio en serio acordar la ciudadanía de su país a Hiddink, tras la  histórica victoria ante Holanda del sábado en Basilea, en cuartos (3-1 en  alargue).

"No tiene necesidad de volver (a Holanda). Podemos darle la ciudadanía  rusa", dijo Medvedev, cuando le preguntaron si no temía que no dejen entrar a  Hiddink a su país.

De hecho, el técnico holandés había señalado antes del partido que quería  "ser el mejor de los traidores", frente a un equipo al que había dirigido en el  Mundial-1998, llevándolo hasta las semifinales.

Sus actuales jugadores no paran de piropearlo. "El que ganó ha sido el  mejor de los holandeses", dijo con una sonrisa la perla del Zenit San  Petersburgo, Andrei Arshavin.

"Nuestro entrenador, Guus Hiddink, no paró de decirnos que podíamos  derrotar a cualquier equipo y lo hicimos", lo elogió el punta Ivan Saenko.

Hiddink es un hacedor de milagros, desde que logró el primero haciendo  campeón de la Copa de Europa de clubes al modesto club holandés PSV Eindhoven,  basándose como ahora en un rigor defensivo y en un análisis táctico, que le  llevó a vencer en semifinales a doble partido a un entonces poderoso Real  Madrid, de la Quinta del Buitre y Hugo Sánchez.

Jugador de clubes más bien modestos, su nombre en el fútbol se lo hizo en  los banquillos, dirigiendo al PSV, el club de su vida, pero también al  Valencia, Real Madrid, con el que ganó la Copa Intercontinental, y Betis.  

Pero el salto internacional lo logró con Corea del Sur, a la que en dos  años la construyó para llegar a semifinales en 'su' Mundial-2002.

El día de su partida, en medio del dolor de los hinchas surcoreanos que lo  trataban como un semidiós, Hiddink les comentó que "no es un adiós, sino un  hasta luego. Seguiremos en contacto con los dirigentes de la federación".

Sin embargo, cuatro años después estaba en el banco de los modestos  'Socceroos' australianos, a los que veía en los ratos libres que le dejaba el  PSV, al que aún dirigía, en lo que lo hacía en un DT a tiempo completo  verdaderamente.

"Cuando llegué a Sydney, me encontré con jugadores que no creían en sus  capacidades", explicó Hiddink el día de la caída ante Italia en octavos, futuro  campeón del mundo en Alemania-2006. El holandés errante, el hacedor de  milagros, el nuevo Bora Milutinovic, ahora imitó todo eso con Rusia.

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