Viernes, 10 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

“Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van” José Ingenieros. El Hombre Mediocre

Por: EL INFORMADOR

* Los espectadores (Y)

A punto de arrancar otro torneo, el Bicentenario 2010, queda por preguntarse: ¿está preparado el futbol de Jalisco para abandonar su mediocridad?

Lamentablemente la respuesta es no.

Todo parece indicar que nuevamente los equipos serán espectadores de la final. Ni Chivas, ni Atlas ni Tecos están armándose para pelear el campeonato. Sobrevivirán nadando de muertito, nada más para cumplir la tarea de participar en los torneos de liga, pero con mínimas, ínfimas en verdad, posibilidades de levantar el trofeo de campeón o cuando menos de tener una final más en el estadio Jalisco (porque el de Chivas se inaugurará el día que una nave extraterrestre aterrice en la Plaza Tapatía) o en el Tres de Marzo.

El Atlas, enfermo de argentinitis, repitió la fórmula de sustituir a Ricardo La Volpe con otro paisano suyo, Carlos Ischia, el eterno ayudante de Carlos Bianchi, pero cuyo desconocimiento total del futbol mexicano es un serio peligro, al margen de que es un hombre de futbol que algo debe de saber.

En el Atlas es común que, cuando la duda asalta, resuelven siempre con un argentino. Pero como ha ocurrido toda su historia, desde el viejo Valdatti, pasando por don Javier Novello, el cuadro rojinegro invariablemente acierta en el último país de Sudamérica y de allá saca hombres para ponerlos en su banquillo.

Todos los últimos argentinos del Atlas, Héctor Rial, Enzo Genonni (ya fallecidos ambos), Eduardo Solari, Marcelo Bielsa, Mario Zanabria, Rubén Omar Romano, Darío Franco, Miguel Ángel Brindisi o Ricardo La Volpe, llegaron con la esperanza depositada en la resurrección... y al final la entrega de cuentas fue igual de mala que con otros.

En Argentina todos los entrenadores de futbol conocen al Atlas como “el cliente”. Es un equipo seguro para ponerse en su lista de espera. Promotores, directivos, jugadores y los mismos entrenadores saben que el Atlas está enfermo de argentinitis y que tarde o temprano volverá a recurrir a la fórmula de toda la vida. La fórmula no falla: el Atlas los busca, ellos vienen y el dinero se va para el cono sur. No hay pierde.

Hoy, otra vez, Carlos Ischia llena el vacío dejado por otro argentino. Los directivos adoran a los argentinos porque son lo más cercano a los europeos en América. Viajan a Buenos Aires, los atienden como príncipes, les ofrecen buen vino y deliciosos churrascos y al final contratan jugadores y entrenador para otro nuevo experimento fallido.

Es la historia sin fin del Atlas. Con un argentino en la banca, Eduardo Valdatti, fue campeón el 22 de abril de 1951. Pero desde hace 58 años, 59 que se cumplirán este 22 de abril, el Atlas no cambia la fórmula. Cree en lo mismo que ha fallado hace casi seis décadas.

Es casi imposible que con Carlos Ischia sin conocer el medio mexicana y sin refuerzos que garanticen nada, en el Atlas ocurra el milagro de otro título. Eso no lo cree ni nuestro querido Cano Figueroa.

Total que el Atlas es una incógnita sin definir, un tema psicológico, un ejemplo de diván y una encrucijada mental que ni el mismo Freud podría resolver.

Otro caso sin aspiraciones es el de Tecos, carente de delanteros que definan en gol las oportunidades que se crean y que con Miguel Herrera tuvo un gran inicio, con dos calificaciones seguidas y que en su tercer torneo se desinfló en cuanto se convirtió en Estudiantes.

Tecos sólo tiene una estrella en el uniforme, en el ya lejano torneo 1993-94 con Víctor Manuel Vucetich en la banca y los brasileños Marcelo Goncálves y Osmar Donizette en el ataque.

Por las contrataciones actuales, ni Atlas ni Tecos parecen diseñados para pelear la final de este torneo. Por lo que se ve, es claro que el futbol de Jalisco volverá a ver por televisión la final del torneo Bicentenario 2010 que se aproxima.

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