Viernes, 10 de Octubre 2025
Deportes | Por Héctor Huerta

Atuendo futbolero

“El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene”. Ralph Waldo Emerson.

Por: EL INFORMADOR

Finis coronat opus. El fin coronó la obra. México ya está en la Copa del Mundo sin necesidad de repechaje, sin importar los resultados de los rivales, ni la última jornada del hexagonal.

Cosas de la vida: ocho años después, Javier Aguirre en la banca, y Cuauhtémoc Blanco en la cancha, fueron las figuras emergentes claves para que México revirtiera el mal funcionamiento que tuvo con Hugo Sánchez y Sven-Göran Eriksson y que amenazaba dejarnos fuera de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.

Con el tigre que sacamos en la rifa, ahora viene la pregunta... ¿Para qué calificamos?
El festejo de la afición es más que merecido porque siempre ha apoyado, no sólo a la Selección, sino a un futbol mediocre, que semana a semana da lamentables exhibiciones en materia de calidad futbolística, con una ausencia patética de figuras de talla mundial y con pésimos arbitrajes.

Pero nunca le ha dado la espalda a su pasión por el futbol. Los festejos en el estadio, en el Ángel de la Independencia, en decenas de ciudades, son más que merecidos porque la gente tiene derecho a la alegría, a sentir esa felicidad del objetivo cumplido.

Pero esta calificación no debe ser el pretexto para dejar en sus cargos a los incompetentes que están manejando al futbol mexicano, desde Justino Compeán, hasta Decio de María, Alfonso Sabater y Aarón Padilla.

Que ellos se vuelvan locos en el festejo no se justifica. La gente sí. Ellos se tienen que poner a trabajar en los días que nos quedan para empezar el Mundial, porque la Selección Nacional no tiene por delante a Belice, Surinam, Jamaica, Trinidad Tobago, Guatemala, Honduras o El Salvador, sino que vienen las potencias de primer mundo como Brasil, España, Alemania, Inglaterra, Italia, o las que experimentan una mejoría en los últimos meses, como Holanda, Paraguay, Chile, Portugal, Francia (si pasan su propio repechaje), Costa de Marfil o Camerún.

¿Qué haremos en la Copa del Mundo jugando como lo hicimos ayer ante El Salvador?
Esa es la pregunta que deben resolver los directivos porque ya es tiempo que México dé el salto de calidad que está esperando esta generación de aficionados.

Hoy, a pesar de Hugo Sánchez, Sven-Göran Eriksson, Justino Compeán y Decio de María, México ya está en la Copa del Mundo.
La pregunta que nos debe alterar los nervios es... ¿A qué iremos?

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