Atuendo futbolero

El sábado anterior, tras la terrible actuación del Atlas que mereció una goleada 0-3 ante el Monterrey, el entrenador rojinegro, Ricardo La Volpe, quien reforzó el equipo a su entero placer, que tiene a sus dos yernos en el cuerpo técnico y que maneja a los directivos como se le antoja, se burló de las preguntas que le hablaban sobre el riesgo de que el Atlas tenga problemas de porcentaje al terminar este torneo y que pudieran llevar a la escuadra atlista a un eventual pérdida de categoría al concluir el siguiente campeonato.

“¿La qué? No, yo no conozco que es eso (la tabla porcentual), no tengo idea de lo que estás hablando. Faltan dos campeonatos. La porcentual me preocuparía en la fecha 14 del otro campeonato”, comentó.

Hay que informarme a La Volpe que el Atlas se encuentra en el lugar 16 del porcentaje, sólo arriba de Querétaro y Tigres, aunque los dirigidos por Daniel Guzmán se quedaron a dos puntos de los rojinegros y con una combinación de resultados en una semana los pueden superar.

Arriba del Atlas están Puebla, América, Tecos y Jaguares, todos ellos con el potencial suficiente para no tener problemas de descenso.

El Atlas, además, históricamente se sabe que cuando empieza a oler el descenso en las cercanías del infierno, lo jala el diablo y suele descender, de acuerdo a su historia en la que tres veces ha perdido la categoría en Primera División.

Más vale que La Volpe se dedique a trabajar con el equipo que le armó la directiva cumpliéndole prácticamente todas sus exigencias. Echó del plantel a Bruno Marioni y a Jorge Achucarro, que habían dado buenos resultados y dejó en cambio al “Turbo” Vargas y trajo a la “Pulga” Ríos, que siguen sin confirmar qué hacen en México, además de cobrar fielmente sus quincenas. Le permitieron además echar de la plantilla a Jorge Hernández, a Pedro “Tabla” Hernández y a Lucas Ayala.

También le permitieron que uno de sus yernos, Flavio Davino, fuese su principal auxiliar técnico. Además, le dio la oportunidad a su otro yerno, Rafael “Chiquis” García para que dirija al Atlas Sub-20.

De los jugadores se reforzó a la moda retro con Daniel Osorno y Miguel Zepeda, además de incorporar a Mario Pérez, Gerardo Espinoza, Mariano Barbosa, Andrés “Pulga” Ríos y Gustavo Omar Trujillo. Ellos, acompañados de la base anterior de Botionelli, Hugo Ayala, Darvin Chávez.

Por eso causó extrañeza que tras la derrota ante Monterrey en lugar de explicar porqué sacó a sus tres atacantes cuando iba perdiendo 0-2 (¿Sería para asegurar que no lo golearan?) se dedicó a vertir elogios múltiples en favor del rival, en los cuales también lanzaba flores para su persona, cuando ya tiene ocho meses fuera de ese equipo.

Y se quejó de la afición regiomontana que lo abucheó en el partido: “La gente tendría que estar un poco agradecida entre comillas de que te fuiste, pero les dejaste un equipazo, no pueden decir que no tienen un plantel espectacular. Creo que la gente no debe de saber. Porque no me podrían gritar si supieran que este equipo lo formé yo, cuando me fui de acá yo dije que éste era un equipo para 30 puntos, hasta el señor Jorge Urdiales dijo que 35”.

Todos los aficionados del Atlas esperamos no solamente que en sus manos el equipo libre el descenso, sino que califique y ya en la Liguilla consiga el título que hemos estado esperando durante 58 años. Si eso ocurre, se le perdonan esas torpes declaraciones, las del pasado y las que vienen en el futuro, porque si de algo ha carecido a lo largo de su carrera es de autocrítica. Es increíble que a su edad todavía no aprenda a conectar la lengua con el cerebro.