Atuendo futbolero

Al terminar la negra tarde en el estadio Azul, el entrenador atlista Darío Franco no tuvo más respuestas que las que puede ofrecer alguien que se sabe sometido a una dura presión para mantenerse en el cargo.

Dos derrotas consecutivas duelen, más una con goliza como la sufrida ante Cruz Azul, un 4-0 contundente, doloroso, que anuncia vientos huracanados a su alrededor.

La presencia de Ricardo LaVolpe en la mente de muchos directivos atlistas (en la Comisión de Futbol tienen la idea de que el elegido ya llegó... y está en la sala de espera).

No firmar con el Monterrey por aparentes cuestiones económicas puede ser un buen pretexto para volver a un equipo donde LaVolpe se siente útil, capaz, reconocido, amado por las barras, extrañado por la afición y donde quedó el recuerdo de la final de 1999 que se pudo ganar en Toluca y que se quedó a un penal de ser campeón. Es lo más cerca que el Atlas ha estado de volver a levantar un trofeo de liga.

Y mientras Darío lamenta que “fue una mala tarde y hace falta trabajo. Me hago cargo de esa parte. A trabajar. No creo que pase por la presión a los jugadores. Lo que faltó prefiero analizarlo con mis jugadores y trabajar para corregir y que no vuelva a suceder”.

Sin el apoyo de Claudio Vivas en la parte directiva, pero con la buena actuación que tuvo el Atlas en el InterLiga, Darío vive en medio de la crisis pues una parte directiva pide silenciosamente el cese, mientras la otra más moderada se va por darle más partidos.

Pero el Atlas ha perdido seis puntos de seis. Es un saldo bastante desfavorable para un entrenador que no ha podido estabilizar al cuadro rojinegro en una zona aspiracional de clasificación.

Atlas fue mal planeado porque los grandes equipos comienzan (todos) por un gran portero. Si se tenía uno regular, Jorge Bava, se decidió por una incógnita con Pedro el “Tabla” Fernández, en una crisis de arqueros que tiene que ver con el despido de Raúl Morales, el mejor formador de arqueros de México, a quien la “limpia” de Vivas lo alcanzó. El Atlas fue cuna de porteros. Dos de los tres arqueros de la selección actual fueron obra de Raúl Morales (Oswaldo Sánchez y Jesús Corona) y hoy, después de venderlos a todos, no le alcanza ni para tener uno titular.

También quedó desguarnecido de la zona defensiva con las ventas de Juan Carlos “Topo” Valenzuela, Juan Carlos Medina (lateral por derecha convertido en carrilero después) y Diego Colotto en menos de un año y no se han conseguido reemplazos adecuados.

De mitad de campo para adelante el Atlas es fuerte, con Lucas Ayala, Darío Botinelli, el “Turbo” Vargas, Daniel Achucarro y Bruno Marioni, pero dejaron ir torpemente la cuota goleadora de Ariel Bogado, el mejor anotador del torneo pasado.

Este Atlas fue planeado con los pies. Y los resultados están en la tabla de posiciones, donde ve desde el sótano cómo se escapan tan temprano las posibilidades de siquiera calificar.

Es la historia interminable. La historia de siempre del Atlas. Lamentablemente triste, pero crudamente real.

La Fiel, siempre Fiel, espera un revulsivo y por ahora sólo se puede producir en la banca porque el técnico que venga por Darío Franco (se espera el cese pronto) tendrá el mismo plantel, con un portero sin nivel y una defensa de terror, aunque con grandes jugadores al frente.

Si es LaVolpe el elegido para volver al banquillo, ¿podrá con lo poco que tiene?