Domingo, 02 de Noviembre 2025
Deportes | A propósito por Jaime García Elías

* “¡Te llamabas...!”

A propósito por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Herrera dejó su cargo luego de la goleada que recibieron por parte de Chivas. MEXSPORT  /

Herrera dejó su cargo luego de la goleada que recibieron por parte de Chivas. MEXSPORT /

Talante y talento son dos palabras que se parecen mucho, pero que distan de ser sinónimas. Una y otra, por lo demás --y el asunto viene muy al caso a raíz de la destitución, ayer, de Miguel Herrera como técnico de los Estudiantes Tecos--, son materia prima tan indispensable como la harina y el azúcar cuando de confeccionar pasteles se trata, en la conformación de un equipo de futbol.

El talento (por definición, la aptitud o capacidad para el desempeño de una ocupación), en los equipos, lo aportan los jugadores.

El talante (modo o manera de ejecutar una cosa), en el mismo caso, va por cuenta del técnico. Como en el caso del director de orquesta, el entrenador, maestro, “profe”, “míster” o como quiera denominarse, es el único que no toca ningún instrumento... pero es quien decide qué partitura va a ejecutarse y --sin detrimento, en el caso del futbol, de un razonable margen para la improvisación, tanto mayor cuanto más talento tenga el jugador-- cómo debe tocarse cada instrumento.

*

Miguel Herrera se convirtió, ayer, en el quinto técnico, en lo poco que va del Torneo de Apertura, que tiene que pagar, al precio del desempleo, la incapacidad de su equipo para conseguir los resultados que quisieran sus simpatizantes... o que los dirigentes consideran que serían exigibles.

Ni los simpatizantes de un equipo se significan por razonables, ni los dirigentes se caracterizan por ser pacientes. Unos y otros quieren lo mismo: resultados. Los primeros por la simpatía que tienen hacia el equipo, los segundos porque consideran que el éxito tiene que ser la consecuencia lógica, obligada de sus esfuerzos --rayanos en los desvelos-- y sus inversiones, son reacios para el análisis y fulminantes para el juicio: si los resultados no se dan, antes de ponderar los aciertos individuales y colectivos del adversario, los yerros de los jugadores propios, las circunstancias particulares de cada partido, los imponderables (factores climatológicos, yerros arbitrales, etc.) que incidieron el resultado, saltan de la premisa mayor del resultado, sin pasar por la premisa menor de la ponderación, a la conclusión: si el equipo no consigue los resultados que de él se esperan, sólo puede ser porque el técnico es incompetente.

Es decir, que la culpa, siempre, es de la falta de talante, y no de la falta de talento.
En vista de lo cual, “¡Te llamabas. Miguelito...!”.

Temas

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones