* Saber perder

Curioso...

A raíz de la derrota --todo mundo de acuerdo: la campanada del año-- de España ante Estados Unidos en la semifinal de la Copa Confederaciones, la prensa ibérica, sintonizada con la del resto del mundo, abre espacios en sus páginas electrónicas para que los aficionados incorporen libremente sus opiniones... Llega de todo. En contraste con la mayoría, que encaja el descalabro --un balde de agua helada en la espalda de la afición-- con una ecuanimidad asombrosa, como “parte del futbol”, como “una lección dolorosa”, como “un brusco regreso del cielo a la tierra”, etc., hay, también --¡cómo no...!-- los desahogos viscerales: los que escupen en el rostro de Vicente del Bosque el epíteto de “entrenador ventajista” y le ordenan “háganos un favor y váyase”; los que le dicen lo mismo con palabras menos amables: “Si tuvieras lo que hay que tener, dejarías el puesto”.

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Primera curiosidad: todos, absolutamente todos los mensajes de ese jaez, son remitidos por firmantes seudónimos. Lo cual --oh, paradoja-- los identifica plenamente con su nombre de pila: cobardes; valentones de multitud, maestros en el oficio de lanzar piedras y esconder la mano.

La prensa española, en general, puso, en el primer momento, la dosis de emotividad que exigía la noticia; después ha manejado la derrota con una admirable madurez. Hay, al menos, tres comunes denominadores: primero, la derrota es una posibilidad latente en toda contienda deportiva; segundo, España escaló en los últimos meses la cima del futbol, pero eso no hace invencible a su selección; tercero, es natural que duela perder ante Estados Unidos... pero es inadmisible que la derrota se interprete como una vergüenza o como una afrenta nacional.

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Y aquí brota la segunda curiosidad: mientras la prensa española invita a sus lectores a entender que en el deporte hay que saber ganar y saber perder --decían los antiguos que había que tener tanta elegancia en el podio como en el cadalso--, los titulares estridentes, la aseveración de que hay “un clamor contra el técnico”, los desahogos contra Del Bosque, las exigencias destempladas de que la derrota sirva para olvidar todo lo bueno que había logrado y se le remueva del cargo, se publican... en la prensa mexicana.

(Lógico, después de todo, si se recuerda cuál era, desde antes de la Conquista, uno de nuestros deportes nacionales predilectos: los sacrificios humanos).