Deportes | A propósito por Jaime García Elías * Resentimientos A propósito por Jaime García Elías Por: EL INFORMADOR 8 de septiembre de 2010 - 05:05 hs Afición a las afueras del estadio Omnilife previo al encuentro México vs Ecuador. E. PACHECO / Los aficionados al futbol no son tan ingenuos --ni, mucho menos, tan tontos...-- como da la sensación de que suponen los dueños de la pelota... * La excelente respuesta de público que hubo en Monterrey para el partido amistoso de anoche, entre las selecciones nacionales de México y Colombia, dio pie a las comparaciones (odiosas, sí... pero también inevitables) con lo sucedido el sábado pasado en Guadalajara. Monterrey, en algún aspecto, es una plaza más noble que la otrora “Perla Tapatía”. Aquélla, para empezar, tiene un historial relativamente corto en el deporte, porque si bien es cierto que el Monterrey ya tiene una buena cantidad de calendarios acumulados, también lo es que cuando los rayados adquirieron, a plenitud, carta de ciudadanía en el futbol mexicano, Guadalajara ya se preciaba de ser la capital futbolera del país: la ciudad en que se jugaba mejor al futbol, especialmente en los años en que las “Chivas” saltaron del “Ya merito” al “Campeonísimo”. * El auge de Monterrey como plaza, de hecho, llegó de la mano con el arribo de los “Tigres” a la Primera División. Ellos tuvieron el peso específico que no tuvieron, unos cuantos años atrás, los “Jabatos” de Nuevo León. Ellos, literalmente, calentaron la plaza. Así, mientras ese fenómeno preparaba el terreno para que la Selección Nacional agregara a Monterrey a sus tierras de conquista, en Guadalajara se seguían rumiando añejos resentimientos derivados del desdén --desde la perspectiva de su público-- con que la Federación Mexicana de Futbol trataba a los equipos tapatíos. * Si a ese rencor se suma la convicción de que los actuales federativos sólo han visto a Guadalajara, cuando buenamente se han tomado la molestia de hacerlo, de manera oportunista, y cuando han pensado en ella lo han hecho a partir de criterios estrictamente mercantiles --como ahora que, para el intrascendente partido contra Ecuador, que dista mucho de ser imán de taquilla, pensaron (erróneamente) en la calentura de los aficionados por el nuevo estadio de las Chivas--, se comprenderá que la respuesta del público, al hacerle el vacío a la promoción y al dejar a los merolicos con su mercancía tendida en la banqueta, es enteramente lógica. Moraleja: a ningún aficionado --aunque los dueños de la pelota se resistan a admitirlo-- le gusta que los vendedores de saliva le vean el signo de pesos en la frente. Temas A propósito Jaime García Elías Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones