Deportes | A propósito por Jaime García Elías * Para Ripley A propósito por Jaime García Elías Por: EL INFORMADOR 27 de septiembre de 2010 - 01:49 hs Alfredo Moreno (izq) festaja su gol con otro compañero, es la primera victoria del Atlas en el torneo. E. PACHECO / Dicen que al señor Ripley --“aunque usted no lo crea”-- le sangraron los brazos de tantas veces que pidió que lo pellizcaran para cerciorarse de que no estaba soñando cuando le dieron la noticia de que el Atlas ganó. Eso dicen las lenguas de doble filo. La verdad es que, desde el pésimo arranque de los rojinegros en el Torneo de Apertura, se hicieron cálculos con el auxilio de la lógica: la primera etapa, hasta los recientes partidos de la “era” del binomio José Luis Mata-Benjamín Galindo contra Santos Laguna, Cruz Azul y Monterrey, parecía diseñada por sus peores enemigos; en compensación, la siguiente --no obstante el “Clásico” reprogramado para el domingo próximo en el estadio de las “Chivas”-- parece más propicia para sacudirse el sambenito de “equipo decepción” del certamen... y eludir, al final de la campaña, el asunto (bastante familiar para el Atlas, “fantasma” para otros) del descenso. * Por cierto: una cosa es celebrar el triunfo, por demás legítimo, y otra muy diferente presuponer que los siguientes van a llegar como por inercia... El Atlas --sin ser (con la venia de Manuel Lapuente) una réplica del Ínter de Milán-- ha mejorado en el aspecto defensivo; en el otro capítulo, en cambio, sus recursos son de una pobreza rayana en la indigencia: Alférez se esfuerza, pero no pesa; el “Chango” Moreno ya anotó, pero después del gol, aunque se quedó en la cancha, se fue del partido; Pacheco es discontinuo; Ortega fue una triste caricatura del que se hizo notar, por su personalidad, la noche de su debut. * Las “Chivas”, en tanto, parecen haber encontrado al “Bofo” Bautista su verdadero puesto: la banca... Cuando José Luis Real lo mandó a la cancha, ya en el segundo tiempo, con la responsabilidad de cambiarle el rostro y la exigencia de rescatar el resultado, Adolfo fue lo que había dejado de ser después de su gris participación en el Mundial de Sudáfrica: la bujía del equipo. A pesar de que el cuadro rayado sigue adoleciendo de una presencia de área significativa para su causa y respetable para los rivales, los trazos de Bautista tuvieron, por fin, la intención que, sin él, había sido la gran carencia del Guadalajara y la principal explicación de su falta de argumentos --exhibida de manera impúdica en el primer tiempo-- para hacer daño a los “Tigres”. Temas A propósito Jaime García Elías Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones