* Opción

Una lectura sesgada de la declaración del fundador y presidente de los “Tecos” y actual rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Antonio Leaño Reyes, en el sentido de que “hay otras alternativas”, como las que han discurrido otras universidades (la UNAM y la Universidad Autónoma de Nuevo León) enroladas en el futbol profesional en México, “antes de pensar en vender el equipo”, asunto con respecto al cual se ha especulado en las últimas semanas, pudiera ser --mera hipótesis, conste-- esta: “Si no cuaja ninguna de las alternativas que se contemplan, el equipo podría ponerse a la venta”.

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El ejercicio dialéctico, en el caso, es válido. Aunque los “Tecos” ya saben lo que es tocar la gloria con las manos, porque fueron campeones en la campaña 93-94, muy poco tiempo después comenzarían, para ellos, los “años de vacas flacas”. La crisis derivada del mítico “error de diciembre” del ’94 --en la transición de los sexenios de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo-- los impulsaron a tomar “medidas de austeridad” que, obviamente, prevalecen hasta ahora... Como dice el mismo Leaño Reyes: “Tenemos otras prioridades, y no queremos distraer recursos de la institución para el futbol”.

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Tiempos hubo, cuando los “Tecos” llegaron al profesionalismo, en que Guadalajara llegó a tener la friolera de cinco equipos en Primera División: los tradicionales Guadalajara y Atlas; el Jalisco (como se decidió rebautizar al también tradicional Oro) y las dos universidades... Aunque la oferta era abundante, y aunque “Gallos” y “Leones” --es decir, Jalisco y Universidad de Guadalajara-- vivieron sus “tiempos de lanzar cohetes”, virtualmente se extinguieron cuando llegaron, fatalmente, los “tiempos de recoger varas”. Los “Tecos” tuvieron a la Universidad Autónoma como su mecenas, merced a la decisión personal de Leaño Reyes (y al apoyo de su padre, el también licenciado Antonio Leaño Álvarez del Castillo, y de su tío, el ingeniero Juan José de los mismos apellidos) de sostener al equipo con el respaldo pleno de la institución.

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Al paso de los años se demostró que fue ilusorio el afán de poner a los “Tecos” a la par con Guadalajara y Atlas, y una nueva crisis económica global los coloca en la ya señalada, tambaleante tesitura: o se integra un patronato --es decir, un grupo de nuevos patrocinadores o mecenas--, o la venta del equipo (y su consiguiente emigración) pudiera ser una opción viable.