* Maratónico

Ni siquiera para el Atlas, que no se significa precisamente por su protagonismo en la generalidad de las competencias en que participa, sino más bien todo lo contrario; ni siquiera para el Atlas, decíamos, es novedoso el hecho de tener que disputar la Copa Libertadores y la competencia doméstica —la repesca previa a la “liguilla” del Torneo de Clausura, para ser exactos—, de manera simultánea.

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De hecho, en la “era” de Ricardo La Volpe como timonel rojinegro, sucedió lo mismo. Era tragicómico el “show” que acostumbraba dar el timonel argentino. La parte trágica consistía en el “tango” que entonaba (es un decir...) semana tras semana; sus desgarradoras declaraciones en el sentido de que era una empresa desproporcionada para las enclenques espaldas de sus jugadores; su “muletilla” de que los dirigentes rojinegros vendían a los equiperos sobresalientes al término de cada temporada... pero que no se molestaban en invertir los beneficios económicos que conseguían, en la contratación de nuevos jugadores (argentinos de preferencia, por supuesto); que si se pretendía cumplir con un desempeño decoroso en los dos torneos y no sólo llenar el expediente, lo ideal era que el equipo se reforzara; pero si era demasiado pedir, se conformaba, al menos, con que no se debilitara...

La parte cómica del episodio solía venir al día siguiente, o casi: a despecho del menosprecio de su propio timonel, los jugadores salían a hacer dos cosas que les salían bastante bien: partirse el alma en cada lance... y jugar al futbol como Dios manda.

Resultado, que el Atlas, con alegría en la cancha, ponía el contrapunto a las modernas reediciones de las bíblicas lamentaciones de Jeremías profeta, y, contra los sombríos augurios de su jefe, llegaba hasta la Final de un campeonato local (el Torneo de Verano del 2000, cuando perdió en series de penalties ante Toluca), y a la fase de semifinales del torneo más prestigioso del continente.

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En el caso de la empresa en que actualmente se encuentran metidos los rojinegros, comprometidos a disputar con el Necaxa el pase a la “Liguilla” correspondiente al Torneo de Clausura y a esperar a Boca Juniors o Cruzeiro en la fase de cuartos de final de la Libertadores, queda claro que sería ilusorio echar a vuelo las campanas y anticipar que en ambos torneos llegará bastante lejos... pero igualmente sería erróneo darlos desde ahora por muertos y enterrados.