Sábado, 18 de Octubre 2025
Deportes | A propósito por Jaime García Elías

* Maleficio

A propósito por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Al final se manifestó, resplandeciente, el ancestral maleficio rojinegro...

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Cabe, por supuesto, desde la perspectiva rojinegra, la hipótesis de que la expulsión de Gerardo Flores fuera el hecho determinante del resultado: la tarjeta roja que se ganó por la tontería de colocarse un antifaz (la máscara de “El Zorro”) para celebrar el segundo gol de su equipo, una ocurrencia que a todas luces implicaba una incorrección prevista por el reglamento, condenó al Atlas a jugar los últimos 20 minutos del partido (17 que faltaban de tiempo normal y tres más añadidos por el árbitro) con un hombre menos: un handicap especialmente significativo en un “Clásico” en que no se puede regalar ninguna ventaja.

Cabe, en compensación, desde la perspectiva rojiblanca, la hipótesis de que el autogol de Vidrio, en el minuto 91, compensó la injusticia de que Fabián malograra el penalty, justamente sancionado a raíz de la zancadilla de Vera sobre Arellano, que pudo haber puesto al Guadalajara en el sendero de la victoria.

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El desenlace de la historia, al final de cuentas, por más que pudiera pensarse que merecía el adjetivo de “salomónico”, deja insatisfechos a los dos protagonistas: a los dueños de la casa por ser locales, porque se supone que están más acostumbrados a las peculiaridades de la cancha de pasto sintético, y porque los números de esta campaña daban pie para señalarlos como favoritos, aunque fuera por estrecho margen; y a los visitantes porque tuvieron el triunfo en la mano, porque generaron por lo menos otra nítida aproximación más --la jugada personal de Vera, resuelta “in extremis” por Michel en el marco--... y porque el lance decisivo (autogol en tiempo de compensación) obligó a evocar la convicción de que sobre el Atlas gravita una especie de maldición gitana para la que hasta ahora nadie ha acertado a descubrir el antídoto.

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Por lo demás, el plebiscito en las tribunas fue elocuente: en proporción al número de aficionados que hubieran podido reunirse en el nuevo estadio de las “Chivas”, la entrada confirmó el clamor creciente desde que el inmueble se inauguró: que, amén de las molestias que desplazarse hasta el inmueble y salir de él implican, no hay proporción --ni siquiera en tratándose de un “Clásico” que seguramente hubiera provocado una excelente entrada en el Estadio Jalisco-- entre el poder adquisitivo de los aficionados y el costo de los boletos.

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