Jueves, 30 de Octubre 2025
Deportes | A propósito por Jaime García Elías

* La lección

A propósito por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

También el Atlas se suscribió, a la vista de las circunstancias, a la fórmula consabida...
Puesto que la inmerecida derrota del sábado ante el Toluca demostró, precisamente por inmerecida, que el problema de Carlos Ischia no era de incompetencia sino de infortunio, porque el equipo perdió el partido en que mejor había jugado en lo que va del Torneo de Apertura, la multitudinaria directiva rojinegra se puso de acuerdo --¡aleluya...!-- para tomar la decisión de que procedía aplicar, al pie de la letra, el Artículo 1o. de la Ley de Hilados y Tejidos (saludos, doctor Ruiz Moreno), que establece que “La hebra se revienta siempre por lo más delgado”.

*

Por la fugacidad de su paso por la institución y por la modestia --para decirlo amablemente-- de sus resultados, Ischia fue un síntoma más de uno de los más añejos males del Atlas: la escandalosa incapacidad de sus dirigentes para elaborar un programa de trabajo a partir de realidades y de objetivos factibles.

En el Atlas, desde tiempo inmemorial, se establece como primera prioridad la que debiera ser la última: la conquista del título. Obsesionados en que se trata de una fatalidad y no de lógica pura, su sequía crítica de resultados les afecta el juicio y les dificulta el raciocinio. Actúan a partir de corazonadas y no de proyectos serios. Se enfrascan, un torneo sí y el siguiente también, en el juego de La Gallina Ciega. Suponen que si aciertan --aunque sea por casualidad, como el burro que tocó la flauta-- en la designación de un técnico, éste será algo así como un mago que por sí mismo, por sus facultades portentosas, les dará el título con que sueñan... aunque no haya jugadores.

*

Obsesionados en buscar al hombre que realice el portento, desentendidos del programa que les permita tener la materia confiable (venden, y no necesariamente caros, los pocos talentos que surgen, y contratan, y no necesariamente barato, material de desecho de otros equipos), hoy ponen veladoras frente al retrato de José Luis Mata, en el mismo nicho en que ayer estaba el de Carlos Ischia y en el que antes estuvieron Ricardo La Volpe y tantos y tantos más, porque los dueños del changarro no acaban de aprender la lección: que los títulos se labran --no llegan solos-- y que se alcanzan a base de trabajo; no de milagros.

Temas

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones