Miércoles, 12 de Noviembre 2025
Deportes | A propósito por Jaime García Elías

* Estaba escrito...

A propósito por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Uno, el Guadalajara, bien y de buenas; otro, el Atlante, mal y de malas. El resultado de su encuentro del sábado en el Estadio Jalisco sólo podía ser el que se dio. Para evitar que se consumaran los pronósticos hubiera sido necesario que se combinaran un milagro y un cataclismo.

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De hecho, independientemente de que la quinta victoria consecutiva del “Rebaño Sagrado” y el octavo gol del “Chícharo” Hernández en cinco apariciones merecen signos de admiración por cuenta de los amantes de la estadística, por tratarse de acontecimientos inauditos, los aspectos relativamente sorprendentes del 2-0 favorable a las “Chivas” fueron otros...

De entrada, fue llamativo que a los cinco minutos de juego la historia estuviera prácticamente escrita. No quedó claro si el Atlante saltó a la cancha adormilado... o si no tenía idea de la clase de rival que tenía enfrente.

Después, la capacidad de reacción de los “Potros” fue casi nula: ni siquiera cuando los rayados sacaron el acelerador y se dedicaron a jugar a medio gas, como para sobrellevar el juego, se vio comprometida su ventaja. De hecho, el 2-0 sólo refleja a medias la neta superioridad del ganador en ese cotejo.

El otro aspecto que amerita un análisis profundo es la inoperancia de Omar Bravo. Una semana antes, cuando colaboró con un gol a la victoria sobre el Querétaro, bastó esa golondrina para hacer verano y para dar por descontada la reconciliación del mochiteco con el gol. Del dicho al hecho, por desgracia, sucedió lo de costumbre...

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Todo eso mientras el Atlas, como visitante del Morelia, muy a su pesar, daba la razón a su técnico, Carlos Ischia, cuando advertía que era muy prematuro tomar las tres victorias consecutivas como pretexto para echar a vuelo las campanas.

Se suponía que los rojinegros llevaban las de ganar, por la fatiga que debieron representar el viaje, los contratiempos, el partido y la derrota de media semana del rival ante el Banfield, dentro de la Copa Libertadores. En la práctica, “Monarcas” y “Zorros”, más que disputar una contienda futbolera,  representaron, al margen de la pifia garrafal con que Mariano Barbosa abrió de par en par el zaguán de su equipo, una nueva versión del clásico juego del gato con el ratón.

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Los “Estudiantes”, en tanto, consiguieron, como visitantes de unos “Pumas” que siguen de capa caída, la calificación aprobatoria... aunque fuera “de panzazo”.

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